Argentina, ejemplo de todas las crisis



Mario Osava

RIO DE JANEIRO, 20 nov (IPS) - La grave crisis institucional, política,
económica y social que afronta Argentina fue puesto como el ejemplo más
acabado de desastre en el primer día de la Cumbre Latinoamericana de
Negocios, que organiza en Brasil el Foro Económico Mundial.

Argentina sufre un proceso de "atomización", falta de liderazgo, con
partidos debilitados y sin respaldo popular, dijo el jefe de gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, en esta reunión de Río de Janeiro a
la que asisten casi 400 delegados de empresas, gobiernos y de grupos no
gubernamentales.

Las elecciones presidenciales fijadas para abril son absolutamente
imprevisibles, con la posibilidad del triunfo del ex presidente Carlos Menem
(1989-1999) "o cualquier otro", y el riesgo de surgir "un gobierno frágil",
con apoyo insuficiente para hallar soluciones, señaló.

Por su parte, Juan Peña, presidente ejecutivo de la Fundación El Otro, dijo
a IPS que "las instituciones fracasaron" y dejaron la sociedad sin formas
alternativas de manifestarse.

La separación entre el Estado, el sector privado y el social o "tercer
sector", a veces con oposición entre ellos, es un error, opinó Peña, cuya
organización no gubernamental busca en Argentina superar la fragmentación de
la sociedad argentina.

Es necesario "revisar las instituciones y crear otras necesarias, mixtas",
agrupando las personas en torno a problemas y no apartándolas, sostuvo.

Para la sociedad argentina sería mejor postergar las elecciones, para
prolongar el debate actual que estimula la reorganización institucional,
agregó Peña.

Algunas redes de la sociedad civil ya eligieron, de todos modos, fortalecer
la organización a partir del nivel local, aseguró.

Pero la preocupación más reiterada en la Cumbre, que finalizará el viernes
próximo, es la economía.

El secretario de Finanzas de Argentina, Guillermo Nielsen, dibujó un cuadro
financiero desesperante. El problema básico es "una crisis de confianza",
diagnosticó, tras admitir que es "muy difícil explicar cómo su país acumuló
una deuda externa tan abultada", que supera los 140.000 millones de dólares.

El demorado acuerdo crediticio con el FMI se destinaría a pagar las deudas
con los organismos financieras internacionales, que incluyen el mismo FMI,
el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, a los cuales
Argentina tendrá que pagar 9.500 millones de dólares antes de mayo.

Argentina, sin un préstamo del FMI, tendría que usar todas sus reservas de
divisas o "dejar de pagar" nuevamente, como hizo la semana pasada con una
obligación de 800 millones de dólares con el Banco Mundial, declaró.

Nielsen indicó que el acuerdo con el FMI se demora debido a la "falta de una
definición clara" sobre los "amparos" judiciales que aseguran a centenares
de miles de ciudadanos el derecho a los depósitos bancarios congelados en
dólares de la época del cambio fijo de paridad uno a uno entre el peso
argentino y el dólar.

La "niña mimada" de la comunidad financiera en los años 90 y "modelo" del
FMI hasta 1998, Argentina pagó el precio de combinar el cambio fijo con la
indisciplina fiscal, señalaron varios ponentes en el encuentro regional
promovido por el Foro Económico Mundial, que se reúne cada comienzo de año
en la localidad suiza de Davos.

El país pasó "de un extremo a otro, de modelo a horror" en pocos años,
llegando a un índice de desempleo de 23 por ciento, sin crédito, sumido en
la depresión económica, recordó el también argentino Eduardo Elsztain,
presidente de la administradora de fondos Dolphin.

Pese a la dura realidad admitida, tanto Nielsen como Elsztain creen que
Argentina está "en el rumbo correcto" y puede recuperar el crecimiento
económico, con pérdidas menores para todos si bajan las exigencias de los
acreedores.

El subsecretario de Estado para Asuntos Económicos y Agrícolas de Estados
Unidos, Alan Larson, atribuyó el fracaso de la ley de convertibilidad, que
mantuvo por 11 años el valor del peso igual al dólar, a los "choques
externos", como el de la crisis asiática o rusa, y a la debilidad fiscal
argentina.

También considera posible que el futuro gobierno argentino tenga bases para
solucionar la crisis. Pero destacó una desventaja en el pequeño comercio
exterior del país, para luego abogar por la creación del Area de Libre
Comercio de las Américas (ALCA) y una mayor apertura del mercado como
factores de desarrollo.

Larson insistió en sus varias ponencias la necesidad de liberalizar el
comercio, aumentando el intercambio, para impulsar el crecimiento económica
de América como un todo.

Precisó también que América Latina debe mantener el proceso democrático y
promover la "segunda generación de reformas", vinculadas a las
instituciones, ampliando la transparencia y el combate contra el crimen
organizado, incluso la corrupción.

No faltaron, sin embargo, referencias críticas al proteccionismo y a los
subsidios que aplican a su producción los países ricos, como Estados Unidos,
que obstruyen el comercio internacional.

La ayuda que necesita de hecho América Latina es libre comercio efectivo e
inversiones, afirmó Carlos Bulgheroni, presidente de la firma argentina
Bridas Corporation.

Mientras se realizaban los debates, Cerca de 50 manifestantes de pequeños
partidos de extrema izquierda protestaron contra la reunión latinoamericana
del Foro Económico Mundial.

En esas protestas no estuvo presente el izquierdista Partido de los
Trabajadores (PT), activo en ese tipo de actos contra el también llamado For
de Davos, contra el ALCA y el FMI, antes de que su líder, Luiz Inácio Lula
da Silva, fuera elegido en octubre presidente de Brasil.

El PT "nunca tuvo una propuesta socialista", por eso no sorprende esa
ausencia, dijo a IPS el manifestante Marcelo Filippo, miembro del Comité
Central del Partido Comunista Marxista Leninista. El gobierno de Lula, que
asumirá en enero, estará en la derecha en menos de un año, vaticinó

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Nello

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