BRASIL: Lula baja presión campesina





Mario Osava

RIO DE JANEIRO, 21 nov (IPS) - El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da
Silva, prometió entregar tierras para trabajar a 400.000 familias en sus
próximos cuatro años de gobierno, logrando convencer a los campesinos que
reclamaban esa medida para un millón hasta 2006.
El gobierno anunció este viernes su Plan Nacional de Reforma Agraria, ante
la presión de más de 3.000 manifestantes reunidos en Brasilia esta semana,
movilizados por el Movimiento de los Sin Tierra (MST) y la Confederación
Nacional de Trabajadores en la Agricultura (Contag).

Los militantes del MST llegaron el miércoles a la capital brasileña, después
de caminar 210 kilómetros de carretera desde el 10 de noviembre, cuando
salieron de Goiania, capital del céntrico estado de Goiás.

"Paciencia", pidió Lula, al hablar ante los campesinos, indicando que la
reforma agraria se hará sin atropellos, "dentro de las posibilidades" del
país.

Su gobierno no cometerá errores del pasado, por eso además de asentar las
familias en las parcelas estimulará la organización de cooperativas y creará
mecanismos para ofrecerles tecnología y crédito a los nuevos agricultores,
destacó.

El plan anunciado por el Ministerio de Desarrollo Agrario prevé el
asentamiento de 35.000 familias este año y cantidades superiores luego hasta
completar casi 400.000 en los próximos tres años.

Además indica que 500.000 familias serán beneficiadas por la legalización de
la propiedad de las tierras que ya trabajan y otras 127.500 podrán adquirir
parcelas por medio del sistema de crédito a la explotación rural.

Ese proceso y la expansión de la agricultura empresarial generarán 2,75
millones de nuevos empleos rurales, asegura el plan.

Es un avance en relación al gobierno anterior, del presidente Fernando
Henrique Cardoso (1995-2003), pues ahora la tarea es ayudar a las
autoridades a cumplir su programa, opinó el presidente de la Contag, Manuel
José dos Santos.

Sin embargo, los líderes del MST resaltaron que no forma parte de la reforma
agraria formalizar la posesión de tierras ya ocupadas ni financiar compras
que serán pagadas más tarde. Lo que cuentan son los asentamientos nuevos en
propiedades improductivas expropiadas.

El movimiento esperará hasta junio próximo por el cumplimiento de las
promesas gubernamentales y seguirá movilizado por una verdadera reforma
agraria, dijo Joao Paulo Rodrigues, uno de los coordinadores del MST que
actúa en Brasilia.

Otro coordinador e ideólogo del MST, Joao Pedro Stédile, saludó el gesto del
presidente Lula de visitar este viernes el campamento de los manifestantes
de los trabajadores sin tierra levantado en un parque de Brasilia y
hablarles directamente. Esto indica que la reforma agraria "ahora va",
afirmó.

En la víspera, Stédile había dicho que sólo la presión popular, con
ocupaciones de grandes haciendas y otras movilizaciones, podrá promover la
redistribución de las tierras en Brasil, concentradas en las manos de pocos
miles de latifundistas. El gobierno poco puede hacer por sí sólo, sostuvo.

El MST, la Contag y la Comisión Pastoral de la Tierra, órgano de la Iglesia
Católica brasileña, reclamaban la aprobación del programa propuesto por un
grupo de expertos, encabezados por Plinio de Arruda Sampaio, que prevé el
asentamiento de un millón de familias durante el gobierno de Lula, siendo
200.000 por año entre 2003 y 2005 y 400.000 en 2006.

Esa es una meta "no factible por razones fiscales y operacionales", evaluó
para IPS Antonio Buainain, profesor de la Universidad de Campinas,
especializado en economía agrícola.

El gobierno no dispone de recursos para asentar tanta gente, mientras hace
un esfuerzo para equilibrar las cuentas públicas, con fuerte reducción de
gastos. Además, tal meta exigiría cambiar el modelo de asentamientos y las
instituciones responsables, hoy incapaces de acelerar su ritmo, según el
economista.

La intervención en la realidad de las haciendas tiene "reglas y plazos que
obligan a cierta lentitud" y este gobierno "ya perdió prácticamente un año",
argumentó. En su opinión será incluso difícil acercarse a las metas fijadas
por las propias autoridades.

El presidente del gobernante e izquierdista Partido de los Trabajadores
(PT), José Genoino, señaló que no basta convencer el Poder Ejecutivo de la
necesidad de acelerar la transformación de la propiedad de tierra del país,
que enfrenta resistencias en el parlamento y trabas en la justicia.

Pero sin el asentamiento de un millón de familias no se altera la estructura
rural brasileña como sería deseable para ampliar el mercado interno de
consumo y estancar el éxodo campesino, según los movimientos de trabajadores
y expertos que elaboraron la propuesta apoyada por el MST.

El triunfo de Lula en las elecciones presidenciales de octubre de 2002
generó expectativas de avances en la reforma agraria, ya que era una bandera
del PT, un partido aliado al MST y a la Contag.

Pero la demora del gobierno en elaborar el Plan Nacional provocó una
intensificación de las invasiones de predios improductivos y las protestas
del MST en los últimos meses, culminando con la marcha desde Goiania y los
campamentos campesinos de esta semana en Brasilia