brasil: El Movimiento de los Sin Techo: otro reto social para Lula




Juan Carlos Galindo

Según un informe de la policía de Sao Paulo, 1.116.000 personas
malviven y sobreviven en las más de dos mil favelas que existen en la
ciudad. Capital económica de Brasil, gran centro industrial donde se
genera el 45 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país,
Sao Paulo es el paradigma de las virtudes y los males que acechan a
uno de los países más ricos y míseros del mundo. Una urbe en la que
viven más de diez millones de personas y donde se concentra uno de los
índices de desigualdad más altos del planeta.

El pasado 17 de julio, 1.500 familias pertenecientes al Movimiento de
los Trabajadores sin Techo (MTST) ocuparon un terreno de 114 hectáreas
propiedad de Volkswagen, vacío desde hace años. El 7 de agosto fueron
expulsados por una orden judicial. Poco después, 3.500 personas
invadían cinco inmuebles vacíos en el centro de la ciudad. También
fueron desalojados. Sin embargo, habían conseguido parte de su
objetivo. El auge del MTST, versión urbana del Movimiento de los Sin
Tierra (MST), no hace sino poner de relieve una situación tan injusta
como paradójica. Según cifras oficiales, en Sao Paulo existen 420.327
viviendas vacías, a la espera de ser alquiladas o compradas, piezas
esenciales en el juego de la especulación inmobiliaria. Mientras,
miles de familias se hacinan en alguna de las 380.000 "viviendas" que
se extienden a lo largo de los cinturones de miseria de los suburbios
de la ciudad. O aún más grave: el MTST administra dos campamentos en
barrios limítrofes de Sao Paulo ! donde viven 5.000 familias incapaces
de pagar, ni siquiera, por un lugar en una favela. Y la situación va a
peor. Durante la última década la población de Sao Paulo ha crecido un
ocho por ciento, mientras que el número de personas que habitan en las
favelas ha aumentado cuatro veces más. Ante la ausencia crónica de
recursos públicos, poco ha podido hacer la alcaldesa de la ciudad,
Marta Suplyci, una de las figuras más representativas del Partido de
los Trabajadores (PT), fundado y dirigido por el presidente, Luiz
Inácio Lula da Silva.

El problema es parecido en todo el país y necesita soluciones a largo
plazo. Según el ministro para las Ciudades, Olivio Dutra -antiguo
alcalde de Porto Alegre y uno de los hombres fuertes del PT-, en
Brasil existe un déficit de 6.600.000 viviendas y otros 12 millones
deben ser reformadas o reconstruidas para que sean habitables. Si se
quiere superar esta situación se necesita una inversión en vivienda y
saneamiento de 4.000 millones de dólares anuales durante los próximos
15 años.

Y es ahí donde se encuentra el problema. La voluntad reformadora del
gobierno de Lula choca con el muro de la falta de medios y las
presiones de quienes ven amenazada su posición de privilegio. Así, el
proyecto del presidente para conceder el título de propiedad a más de
un millón de familias que habitan en favelas ha quedado estancado.
Además, los 1.700 millones de dólares invertidos en vivienda social en
2003 quedan lejos de las necesidades reales.

Sin embargo, no es este el único problema al que se enfrenta el
gobierno del PT. La falta de una verdadera reforma agraria, aspecto
esencial en el programa electoral de Lula, ha intensificado la
actividad y las ocupaciones de tierras realizadas por el MST. Los
terratenientes han creado ejércitos privados para defender sus
inmensas posesiones y el clima de enfrentamiento civil aumenta cada
día que pasa.

Por otro lado, la falta de medios y los obstáculos burocráticos han
dejado el programa "Hambre Cero" (orientado a garantizar el alimento
mínimo a millones de personas en todo Brasil) en papel mojado.

Paradójicamente, las esperanzas creadas por la llegada de Lula a la
presidencia de Brasil se han traducido en un auge de los movimientos
sociales. Sus reivindicaciones son tan sólo el reflejo de las promesas
del PT. Sin embargo, se necesita voluntad, tiempo y las políticas
adecuadas. Pero sobre todo, es vital una reorientación del desarrollo
económico dirigida hacia una mayor justicia social.

Por el momento, más de 40 millones de personas viven por debajo del
umbral de la pobreza en todo el país y, sólo en Sao Paulo, más de un
millón de personas carecen de las condiciones mínimas para una
existencia digna. Y esto en una de las primeras potencias industriales
del mundo. Todo un reto para Lula da Silva.

Fuente: AGENCIA DE INFORMACIóN SOLIDARIA