Arge ntina: MERCOSUR, Kirchner por el camino de Lula



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Marcela Valente

BUENOS AIRES, 9 may (IPS) - La integración política del Mercosur cobrará
fuerza más allá del acuerdo comercial y en detrimento del ALCA, como
pretende Brasil, si Néstor Kirchner gana la segunda vuelta de las elecciones
presidenciales de Argentina, el 18 de este mes.
Kirchner, que lidera las encuestas con amplia ventaja sobre su competidor,
el ex presidente Carlos Menem (1989-1999), potenció su estrategia
integradora al visitar el jueves al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula
da Silva, y este viernes al mandatario chileno, Ricardo Lagos.

En cambio, si Menem llega al gobierno argentino privilegiará las relaciones
con Washington y la iniciativa estadounidense del ALCA (Area de Libre
Comercio de las Américas), con lo cual las relaciones argentino-brasileña
serían ríspidas.

Esas son las principales hipótesis en Argentina de analistas del proceso de
integración, al evaluar los dos posibles escenarios futuros, según quién
asuma la presidencia el 25 de mayo.

"Es evidente que en política exterior Kirchner va a hacer una apuesta fuerte
al Mercosur", dijo a IPS el director del Instituto de Estudios Brasileños en
Argentina, Alberto Ferrari Etcheberry, quien aseguró que Menem "es la
negación de un proyecto de integración con Brasil".

"La integración es la respuesta actual al proceso de construcción de las
naciones, y el gobierno de Menem fue un retroceso en esa construcción. Si
gana, el retroceso se profundizaría mediante la prioridad al ALCA, la
sujeción a Estados Unidos y el reemplazo de los Estados por el libre
movimiento de capitales", recalcó.

Las opiniones de cada candidato en la materia quedaron ilustradas esta
semana. Kirchner se reunió el jueves con Lula en Brasilia, y recibió todo su
apoyo para asumir la presidencia. Menem sostuvo que su rival "nada tenía que
ir a hacer a Brasil" antes de la competencia.

El ex presidente dijo estar dispuesto a avanzar en un acuerdo bilateral con
Estados Unidos, como lo hizo Chile, y tiene una manifiesta enemistad con
Lula, expresada más a través de los gestos distantes del brasileño que por
el propio Menem.

Lula sostuvo en su campaña electoral que en los años 90 cuatro presidentes
de América Latina "practicaron verdaderos robos en sus países": el brasileño
Fernando Collor de Mello, el peruano Alberto Fujimori, el mexicano Carlos
Salinas de Gortari y Menem. "Eso no puede continuar ocurriendo", remató
entonces.

Según versiones periodísticas, Lula comentó a Kirchner en Brasilia, durante
una reunión en privado, que iría con gusto a su asunción el 25 de mayo, pero
que si gana Menem, debería fingir estar enyesado hasta el cuello para no
viajar a Buenos Aires.

"El problema surgió porque durante la campaña (electoral en Brasil de 2002)
yo apoyé a (el entonces presidente Fernando Henrique) Cardoso" y a su
candidato José Serra, dijo Menem esta semana para explicar el encono.

Durante el gobierno de Menem, el Mercosur, integrado por Argentina, Brasil,
Uruguay y Paraguay, adquirió fuerte impulso en materia de intercambio
comercial. Pero cuando comenzaron a surgir conflictos sectoriales, el
acuerdo se mostró vulnerable a las presiones de grupos privados.

Aun más frágil resultó el bloque cuando se vio sacudido por las crisis
económicas de sus mayores socios. Primero la de Brasil, que derivó en una
fuerte depreciación del real, y luego la de Argentina, con una fuerte
recesión que también terminó, a la larga, con devaluación, tras una década
de paridad forzosa entre el peso y el dólar.

Ferrari sostuvo que el Mercosur tal como está hoy "no sirve para nada".

"Como dijo Lula, es necesario volver a los objetivos y a los instrumentos
del programa de integración entre Argentina y Brasil plasmados en el tratado
de 1989, y no privilegiar meramente la relación comercial en detrimento de
aspectos políticos", opinó.

Sobre este punto, Kirchner coincidió el jueves con Lula en su visión sobre
el papel que deben asumir el bloque subregional y toda América del Sur, "a
partir de una unión política estratégica que nos reposicione ante el mundo".
Y añadió que "una integración política sólida es estratégica para Argentina"
.

En cambio, a la hora de referirse al ALCA, el favorito para la segunda
vuelta admitió no estar entusiasmado por apurar su entrada en vigencia,
prevista para 2005.

Kirchner anunció que si gana mantendrá en su cargo al actual ministro de
Economía, Roberto Lavagna, responsable de los protocolos de integración
argentino-brasileños de 1987 para automóviles y bienes de capital.

"Lavagna fue un actor principal en la etapa inicial de la (actual) relación
de Argentina con Brasil, y es uno de los pocos hombres públicos que demostró
claridad y consecuencia en defender esa vinculación", señaló Ferrari, quien
sostuvo además que el ministro de Economía sería "el mejor canciller" para
Kirchner.

"Además de conocer a fondo la relación con Brasil, durante más de dos años
Lavagna representó a Argentina en Ginebra y en Bruselas al mismo tiempo, y
esta experiencia ante la Organización Mundial del Comercio y la Unión
Europea es esencial en sí misma y para una política integradora con Brasil",
destacó.

Lavagna acompañó a Kirchner en Brasil y Chile, y afirmó que los principales
temas de la agenda bilateral no serán los conflictivos asuntos de interés
sectorial, sino la política industrial, la infraestructura y la financiación
regional.

También se refirió a la necesidad de acelerar el paso en la integración
macroeconómica y sobre todo hacia la moneda común, pero sin ansiedades,
sabiendo que ese proyecto llevará tiempo, como también se reconoce en
Brasilia.

"Hay que abandonar esa idea de que basta eliminar aranceles para favorecer
la integración, dejando que sea el mercado el que determine la evolución",
sostuvo Lavagna en Brasil.

"En los 90 (el período de Menem) esa política condujo al Mercosur al borde
del fracaso", añadió.

En cuanto al ALCA, el ministro se mostró partidario de aplazar la
liberalización comercial en el hemisferio, y sostuvo que 2005 "no es una
fecha límite sino indicativa".

"Podemos llegar o no a ella", dijo, y luego señaló algunas dificultades que
permiten presuponer que no hay voluntad de alcanzar esa meta.

"Hay muchas diferencias entre los 34 países que formarían parte del ALCA"
(todos los de América menos Cuba), remarcó Lavagna, y arguyó que es muy
difícil el proceso de integración cuando hay naciones con economías "muy
protegidas y subsidiadas", como es el caso de Estados Unidos en materia de
agricultura.

Ferrari coincidió en que "una Argentina desindustrializada y basicamente
agroexportadora no tiene mucho que esperar de una asociación de libre
comercio con Estados Unidos, el país que hoy probablemente más subsidia a la
producción y a las exportaciones del campo". (