VENEZUELA:Los muertos del fin de semana




Humberto Márquez

CARACAS, mar (IPS) - Nairobi Sabino, de dos años, murió de un disparo en el
pecho durante un tiroteo entre policías y ladrones, un sábado por la noche
en una callejuela de un barrio marginal de Caracas. Fue una de las 883
víctimas, en lo que va del año, de las balas de fin de semana.


Un informal toque de queda se implanta en Caracas y otras ciudades del país
cada fin de semana. En lo que va de 2003, la cantidad de muertos en esas 48
horas fatales superó el centenar en cuatro ocasiones.

En este país de 23,2 millones de habitantes hubo el año pasado 9.240
homicidios, más de mil por encima de los 7.960 de 2001 y los 8.022 de 2000.
De 1992 a 2002, la población aumentó 15 por ciento y el número de asesinatos
casi se triplicó.

Los delitos registrados por la policía son más de 230.000 por año, es decir,
uno por cada 100 habitantes. En 1990, uno de cada 100 delitos llevó
aparejado un homicidio, pero desde 2000 la cantidad de homicidios por
centenar de delitos es más de 3,5.

En Caracas, de cuatro millones de habitantes, hubo 2.000 asesinatos el año
pasado, y 900 de ellos ocurrieron en los 12 más peligrosos de sus casi 1.000
barrios informales.

La tasa de homicidios en el país es 33 por cada 100.000 habitantes, pero en
la capital se triplica, según el Centro para la Paz y los Derechos Humanos
de la Universidad Central.

"No se trata solamente de un crecimiento tendencial anclado en los problemas
sociales y económicos. La inflexión tiene que ver con la situación política
general del país", dijo a IPS el médico Roberto Briceño-León, del
Laboratorio de Ciencias Sociales de esa universidad.

Parte del auge criminal "sigue al empobrecimiento del país", donde el
salario real ha decrecido cada años desde 1978, y el año pasado el producto
interno bruto disminuyó 8,9 por ciento, "y a problemas como el hacinamiento,
pero la razón decisiva está en la dificultad para el ejercicio de la
autoridad del Estado", afirmó.

El gobierno del presidente Hugo Chávez mantiene desde diciembre de 2001 un
duro enfrentamiento con la oposición, que demanda su salida anticipada del
poder y ha promovido enormes manifestaciones y largas huelgas en su contra.
En abril de 2002 hubo un golpe de Estado y un contragolpe en el lapso de 48
horas.

"Las dosis adecuadas de represión no pueden aplicarse con policías
intervenidas, desmanteladas o mal dotadas, como hay casos en Caracas y el
interior, con tolerancia a la impunidad y mientras el clima político
violento anima la permisividad", opinó Briceño- León.

"No nos encontramos ante un fenómeno coyuntural de incremento de la
criminalidad o los homicidios, sino ante un fenómeno en el que la
responsabilidad estatal es más elevada y evidente, tanto por acción como por
omisión", afirmó Carlos Correa, del no gubernamental Programa Venezolano de
Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea).

Según Provea, hay déficit del Estado en el terreno legal, con leyes nuevas
pero no reglamentadas ni implementadas, planes y programas que se detienen y
cambian con los frecuentes relevos de ministros, y crisis en el sistema
policial, con organismos que son intervenidos, van a la huelga o trabajan
sin coordinación.

El Ministerio del Interior y Justicia tiene registrados 95 cuerpos de
policía en el país, donde no existe policía nacional, y está pendiente la
aprobación de una ley para crearla, aunque sí existen una policía judicial y
una política que actúan en todo el territorio venezolano.

De esos 95 cuerpos, 71 son municipales y 24 estaduales.

Ese contexto facilita el auge de "nuevas variantes" del asesinato. Una es el
homicidio de inocentes como Nairobi, que mueren debido a balaceras entre
policías y delincuentes, o entre grupos delictivos.

Las víctimas causadas por enfrentamientos entre bandas son presentadas en
las estadísticas policiales de cada semana como "ajuste de cuentas". Y
punto. Cuando se da por hecho que una muerte se debió a esa causa, casi
nunca se investiga.

La estadística indica que sólo se concluye la investigación de la mitad de
los hechos delictivos conocidos.

Otro fenómeno reciente es la existencia de "grupos exterminio" o escuadrones
de la muerte, presuntamente integrados por policías, que adquirieron
visibilidad después que uno de esos grupos mató a por lo menos 68 personas
en el noroccidental estado de Portuguesa, 350 kilómetros al suroeste de
Caracas.

Ese caso fue investigado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
y "ha hecho metástasis" según Correa, pues Provea registró el año pasado
acciones de "grupos exterminio" en el noroccidental estado de Zulia y el
centroseptentrional de Aragua.

En enero, la policía de la nororiental isla de Margarita dio muerte en una
operación relámpago a siete presuntos delincuentes que se le enfrentaron, y
la prensa recogió hipótesis de ajusticiamiento.

Provea contabilizó 175 ejecuciones extrajudiciales o muertes por exceso de
fuerza policial en el período octubre 2001- septiembre 2002.

La violencia política se ha sumado a ese panorama, y varias personas, entre
ellas algunos agentes policiales, han muerto en manifestaciones callejeras,
algunas contra el gobierno y otras a su favor, incluidos algunos agentes
policiales.

Tres soldados vinculados con oficiales opositores que ocupan una plaza en
Caracas para protestar contra el gobierno, así como una muchacha que les
acompañaba, fueron muertos a mediados de febrero en un paraje situado 20
kilómetros al este de la capital.

Para los oficiales disidentes, en su mayoría retirados, se trató de un
crimen político, pero la policía judicial maneja la hipótesis de crimen
pasional.

En la madrugada del 25 de febrero, sedes diplomáticas de Colombia y España
en Caracas fueron blanco de atentados con potentes bombas que no causaron
víctimas