Argentina: Acerca de la mayor estafa de la historia



Naúm Minsburg Economista, Miembro del Consejo Académico de ATTAC-Argentina
naumin at netizen.com.ar


Desde los inicios del año 2001 y durante el desgobierno de la dupla de
la Rúa - Cavallo, se hizo evidente y de manera rotunda, la
tergiversación de las promesas electorales de la Alianza, y el fracaso
de una política económica delineada exclusivamente para cumplimentar
las exigencias de los capitales más concentrados asociados con los
grupos transnacionales en un todo coincidentes con las directrices del
F.M.I.

Ante el colapso del modelo monetarista impuesto a ultranza y de ajuste
permanente, fue creciendo el descreimiento sobre el mantenimiento de
la convertibilidad que, durante una década ha sido exhibida como el
mayor éxito alcanzado por el cavallismo, y a la que se le había
efectuado una desenfrenada propaganda oficialista.

La desconfianza se incrementaba y aumentaba también la preocupación
acerca de la posibilidad de apropiación de los depósitos del público
por parte del gobierno.

Debido a la inoperancia y al desinterés por efectivizar medidas
antirecesivas y una cierta complicidad con el sector privado, comenzó
a producirse una mayor y cada vez más importante evasión de capitales
hacia el exterior de nuestro país.

Esta fuga de capitales no era algo original, por el contrario, era y
continua siendo una situación sumamente compleja que en nuestro país
se ha transformado en una inveterada costumbre de los grandes
capitales. Pero las características que adquirió durante el 2001 han
sido inéditas.

Lo más llamativo y que demostraría la connivencia y la complicidad de
sectores del gobierno con el sector privado para facilitar la fuga, es
que el gobierno no hizo absolutamente nada para detener la hemorragia
de capitales al exterior. Recién casi a finales de año, el Parlamento
produjo una ley sobre la intangibilidad de los depósitos pero ya era
tarde. La sangría no terminaba.

Uno de los últimos actos -quizá el más perverso - del cavallismo -
delarruísmo ha sido el establecimiento el 3 de diciembre pasado, del
mal denominado "corralito" que ha significado, de hecho, la
confiscación del dinero depositado en distintas formas en la banca que
opera en nuestro país. Una situación inédita en la historia argentina
y desconocida en el mundo.

Con la asunción del Dr. Eduardo Duhalde a la presidencia de la Nación
y la designación como ministro de economía del fiel discípulo del
"cavallismo" Jorge Remes Lenicov, la situación se tornó profundamente
agravada.

Varios millones de compatriotas nuestros que tienen depósitos en plazo
fijo en pesos o en dólares o en cajas de ahorros y aún en cuentas
corrientes, hecho absolutamente normal en cualquier país del mundo,
sufrieron primero la denominada "pesificación" efectuada de manera
compulsiva. Se les cambió los dólares a un precio arbitrario de $
1,40, con lo cual perdieron inicialmente un 25% del valor equivalente
en moneda extranjera.

Posteriormente los vencimientos fueron reprogramados a plazos que iban
de uno a tres años que, de haberse mantenido tal postura, la pérdida
total sería del orden del 60% sobre el valor original del depósito.

Luego de la votación efectuada por la mayoría regimentada realizada el
miércoles 24 de abril de este año en el Parlamento Nacional de la
denominada ley tapón que impide la efectivización de los derechos de
amparo, y el posible establecimiento de un incierto plan Bonex, Bonus
o como se llame el que imponga el nuevo ministro de economía Roberto
Lavagna, que postergará por años la devolución de los dineros
atrapados, y que si se llega a materializar, la pérdida que
experimentarán los depositantes o ahorristas sería inconmensurable.

Aclaremos algunas cosas elementales

Recordemos, tal como lo hemos señalado precedentemente que debido al
desgobierno del ya mencionado dúo Cavallo - de la Rúa, la desconfianza
en el "modelo" comenzó a generalizarse y una forma perversa que
adquirió fue la fuga de capitales al exterior.

Debe aclararse que dicha evasión puede materializarse únicamente a
través de la banca transnacional.

En dicha huida se mezclaron pequeños evasores con los grandes grupos
económicos y con los propios bancos transnacionales.

Según informaciones brindadas por el Banco Central durante el año
pasado se fueron del país 20.000 millones de dólares. Y en lo que va
de este año 2002 lo hicieron más de 2.400 millones. De ello da cuenta
la caída de las reservas en poder del Banco Central.

Pero sería pecar de una gran ingenuidad creer que los grandes evasores
efectúan sus negociados de manera que el B.C.R.A. pueda
contabilizarlo. Todo se hace en la más profunda clandestinidad y bajo
el amparo del "secreto bancario".

La evasión de dineros del país en gran escala sería imposible de
materializar sin contar con complicidad y la ayuda de la banca,
principalmente de la banca transnacional.

Las cifras del capital evadido serían de una magnitud extraordinaria,
muy superior a la que se declara oficialmente, y la banca ha
participado también activamente en esta operatoria y han producido el
vaciamiento financiero que padece nuestro país. Este conjunto de
factores indicarían cada vez con mayor claridad de que el "corralito"
dictado por el cavallismo haya servido para encubrir y blanquear el
enorme desfalco realizado.

Por su parte y con el objeto de no devolver los dineros de los
ahorristas y depositantes, la banca aduce a) que dichos fondos han
sido prestados y b) que la banca sufre pérdidas enormes.

Si fuera verdad lo que la banca indica se desprendería que los bancos
han prestado muy por encima de sus posibilidades y por eso es
necesario aclarar: 1) que ello va en contra de todas la reglas de buen
manejo financiero, 2) que el BCRA no ha cumplido siquiera
parcialmente, con su misión de controlar eficientemente al sistema
bancario.

Por otra parte, todos conocemos lo difícil que ha sido y es obtener
algún escaso crédito bancario, tanto para particulares como para
PYMES.

Las grandes empresas transnacionales o asociadas con los grupos
concentrados de capitales son las mayores deudoras del sistema
bancario. Y como las deudas se materializan en diferentes tipos de
documentos, sería natural y lógico que con dichos documentos se paguen
las deudas contraídas con los ahorristas.

Debe quedar claro, como lo hemos señalado reiteradamente, que si las
filiales de la banca transnacional, aunque tengan la forma jurídica de
sociedad anónima argentina, dicen que no pueden hacerse cargo de sus
compromisos aquí, deben hacerlo obligatoriamente las firmas matrices,
tal como indica la jurisprudencia nacional. Existe otra posibilidad y
es que la banca transnacional se haga cargo de la cartera de los
préstamos otorgados por sus filiales que, como se sabe, dichos
créditos han sido colocados a tasas de interés muy por encima de las
vigentes en el mercado internacional.

Analicemos con otros elementos la actitud de la banca extranjera.

En un estudio publicado en Nueva York por la firma estadounidense
Moody´s Investors Service y reproducida por un matutino local, se
señala que los bancos han declarado pérdidas en nuestro país por una
cifra del orden de los 8.000 millones de dólares. Pero es necesario
aclarar tal como la propia firma norteamericana señala que dicho
importe en realidad no es una pérdida real y efectiva sino que por el
contrario se trata de previsiones.

Como se sabe las previsiones se declaran en los balances para cubrir
posibles pérdidas futuras, que pueden producirse por menores ventas y
depreciación por los activos físicos por causa de la devaluación.
Resulta habitual que las previsiones se envían a las Reservas y puede
optarse por abonar menores dividendos. Ello causa protestas de los
accionistas, pero son conscientes que más tarde recibirán esos
beneficios postergados

En resumidas cuentas las pérdidas que la banca indica haber sufrido no
existen. Lo que realmente no existe es el ánimo de devolver los
dineros confiscados arbitrariamente.

Se ha llegado a un punto tan inconcebible que el Estado está tratando
de emitir bonos a largo plazo, interviniendo para salvaguardar a la
banca, solamente le está solicitando a ésta que participe con un
10/15% de la emisión de bonos.

Aún si la banca aceptara tal solicitud, implicaría que se carga a todo
el país con una deuda que no le corresponde asumir. Puesto que se
trata de deuda del sector financiero privado extranjero.

Ante tales peligrosos dislates y ante la gravedad de la situación
considero que es imprescindible efectuar un verdadero y amplio debate
en el que participen representantes de los ahorristas, de la banca,
del estado y economistas con trayectoria no vinculada al establishment
ni a los bancos, para acordar una auténtica solución, - con los
menores perjuicios posibles para las partes involucradas - a un
problema que afecta a millones de argentinos y a la economía nacional.


Nello

change the world before the world changes you because  another world is
possible

www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm