difficolta' nel mercosur



COMERCIO-MERCOSUR:
Cruje el proyecto de unión aduanera

Marcela Valente

BUENOS AIRES, 28 sep (IPS) - Distintas voces en Argentina y Brasil
admitieron por primera vez esta semana la posibilidad de dejar sin efecto la
unión aduanera del Mercosur, debido a las grandes disparidades entre uno y
otro país.

El precio en Argentina de una hamburguesa Big Mac, de la cadena de comida
rápida estadounidense McDonald's, es de 2,50 dólares, y en Brasil, 1,33
dólares. Los supermercados brasileños cobran entre un tercio y la mitad de
lo que pagan los consumidores argentinos por los mismos productos.

Pero hay quienes creen que la asimetría cambiaria entre los dos países más
grandes del Mercosur (Mercado Común del Sur) no se solucionará eliminando el
arancel externo común, que determina la relación del bloque con el resto del
mundo, y aseguran que, por el contrario, su eliminación traería nuevos
problemas.

El Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, nació en
1991 como zona de libre comercio, y su unión aduanera se inauguró en 1995,
cuando entraron en vigencia aranceles comunes para la importación de
productos externos al área, cuyo promedio actual es de 13,5 por ciento.

Argentina vende hoy productos a Brasil bajo la protección del arancel
externo común. Si ese acuerdo aduanero desapareciera, Brasil, el socio
principal del Mercosur, podría optar por otros proveedores, incluso a
precios subsidiados.

El ministro de Economía de Argentina, Domingo Cavallo, recibió críticas
incluso dentro del gobierno cuando propuso hace pocos meses considerar la
eliminación del arancel externo común del Mercosur.

Pero esta semana fue el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio de
Brasil, Sergio Amaral, quien admitió la posibilidad de "considerar la
suspensión temporal del arancel externo común hasta que se encuentre un
reajuste".

Veinticuatro horas después, la empresarial Unión Industrial Argentina (UIA)
fue aún más lejos.

"Creemos necesario que se pacte una suspensión del Mercosur que le permita a
Argentina recuperar los instrumentos de comercio exterior durante esa
transición", dijo la UIA. O sea, prescindir también del libre comercio,
aunque "suspender no es renunciar al bloque", puntualizó la organización.

La Cámara de Exportadores de Argentina avaló la propuesta de interrumpir la
unión aduanera, pues consideró que, de hecho, el arancel externo común no
funciona como norma, pues tiene demasiadas excepciones y está sometido a
cambios constantes.

La UIA sostuvo que los dos socios mayores del Mercosur deben cumplir con su
compromiso de coordinar las políticas macroeconómicas, pero señalaron que
esas negociaciones requieren un tiempo que "vas más allá de lo tolerable
para el aparato productivo argentino y su empleo".

La organización empresarial propuso suspender la vigencia del arancel
externo común y restaurar para Argentina la posibilidad de proteger la
producción nacional ante las importaciones, mediante instrumentos permitidos
por la Organización Mundial de Comercio.

El presidente de la UIA, Ignacio de Mendiguren, atribuyó la propuesta a la
presión "desesperada" de los sectores alimenticio, textil, siderúrgico,
metalmecánico, de calzado, de indumentaria y de madera, entre otros,
preocupados por la importación desde Brasil de productos de menor precio que
los nacionales.

La moneda brasileña, el real, costaba aproximadamente lo mismo que el peso
argentino hace menos de tres años (el equivalente a un dólar). Pero Brasil
comenzó en enero de 1999 a depreciar su moneda, mientras Argentina se
mantuvo aferrada al tipo de cambio fijo, lo que abrió una enorme brecha
entre ambos.

Hoy, mientras un peso argentino se sigue cambiando por un dólar, en Brasil
se compran con la misma cantidad 2,71 reales. Esta disparidad de precios
dificulta las exportaciones de Argentina a Brasil, principal destino de sus
ventas, y también origina un aumento de la importación de productos
brasileños.

Sin embargo, diversos economistas descreen de una marcha atrás de un
proyecto estratégico de integración como el Mercosur, que permitió en su
apogeo a comienzos de la década del 90 incrementar el comercio dentro y
fuera del bloque y atraer inversiones.

Vincular el debate del arancel externo común a la evolución de las monedas
no tiene sentido, pues ese arancel no influye en el intercambio comercial
dentro del bloque, que es el afectado por la depreciación del real, dijo a
IPS Roberto Frenkel, economista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales.

Por otra parte, Frenkel opinó que abandonar el arancel externo común sería
una "pésima señal" en cuanto a la credibilidad del Mercosur en las
negociaciones en curso con otros bloques, como la Unión Europea.

"El arancel (externo) no debe manejarse con criterios de corto plazo. Si el
gobierno de Argentina tiene reparos con la estructura del arancel externo
común existente, debe formular una propuesta de modificación y negociación
con sus socios, pero el problema es que no está determinada cuál es su
preferencia", dijo.

Frenkel consideró que las asimetrías cambiarias entre Argentina y Brasil son
"un tema más urgente" que el arancel externo común, pero eludió dar una
respuesta sobre cómo deberían compensarse esas diferencias sin caer en una
depreciación del peso, que Argentina quiere evitar a toda costa.

La crisis que detonó esta semana se viene cocinando a fuego lento. El real
se depreció por primera vez en enero de 1999 y ya entonces Argentina
advirtió que muchas empresas instaladas en su territorio preferían radicarse
en Brasil, para reducir sus costos gracias a la diferencia cambiaria.

Por su parte, Argentina atraviesa una recesión que ya dura 38 meses, lo que
agrava el problema. "Sin mercado interno y sin competitividad de precios
para exportar a Brasil, nuestras empresas tienen que bajar las persianas",
aseguró De Mendiguren.

Se prevé que todos estos problemas integrarán el orden del día del Consejo,
la instancia ministerial del Mercosur, que se reunirá a comienzos de octubre
en Sao Paulo.

Cavallo ya manifestó su "alegría" por la aceptación de Brasil de una
discusión sobre la suspensión temporal del proyecto de unión aduanera, pero
los industriales argentinos aclararon que su iniciativa no coincide con la
idea del ministro.

La UIA considera que Cavallo pretende disolver los acuerdos del Mercosur y
negociar con Estados Unidos un acuerdo de libre comercio, pero sostiene que
sólo se requiere una "suspensión temporal" que permita poner a resguardo el
bloque como proyecto de largo plazo.

"Sería como ponerlo en el freezer antes de que se eche a perder del todo",
explicó De Mendiguren.



Nello

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