[Latina] I: [ATTAC] INFORMATIVO XVI.850 - El ocaso de los ídolos



 

 

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Inviato: martedì 15 marzo 2016 10:06
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Oggetto: [ATTAC] INFORMATIVO XVI.850 - El ocaso de los ídolos

 

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El ocaso de los ídolos

Mundo

EL CAPITALISMO SERÁ DERROTADO POR LA TIERRA Hay un hecho indiscutible y desolador: el capitalismo como modo de producción y su ideología política, el neoliberalismo, se han sedimentado globalmente de forma tan consistente que parecen hacer inviable cualquier alternativa real.

LA INDUSTRIA DE LA PRIVATIZACIÓN EN EUROPA La ciudadanía europea ha sido testigo de cómo una oleada de privatizaciones barría sus países en los últimos años. El informe del Transnational Institute (TNI) Privatizando Europa,1 publicado en 2013, demostraba cómo la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional estaban utilizando la crisis económica como una forma de impulsar programas de privatización en países endeudados de la UE, a pesar de la gran oposición popular que estos suscitaban.

DE LA DERROTA DEL ALCA A LA LUCHA CONTRA EL TTP La afirmación de que es posible derrotarlo no es solo voluntarista, hay oportunidades reales para lograrlo a condición de que reconstruyamos formas de articulación nacional e internacional y sepamos aprovechar las debilidades y obstáculos que el capital global tiene para lograr sus objetivos.

Latinoamérica

EL OCASO DE LOS ÍDOLOS: ASCENSIÓN Y CAÍDA DE LA IZQUIERDA PERSONALISTA EN LATINOAMÉRICA Por qué motivos los presidentes de izquierda han dejado de recibir el apoyo electoral mayoritario después de casi una década? ¿Por qué en esta ocasión los candidatos apoyados y financiados por EE.UU. han conseguido vencer, tras haber sido derrotados en múltiples elecciones anteriores? ¿Cómo se explica la derrota de la vía violenta de acceso al poder de la derecha y su subsiguiente victoria mediante procesos electorales?

SE CELEBRÓ EL DÍA MUNDIAL DE LOS DATOS ABIERTOS. El sábado 5 de marzo se celebró una nueva edición del Día Mundial de los Datos Abiertos, iniciativa que es impulsada en el Uruguay, séptimo en el mundo en datos abiertos, por la AGESIC (Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y el Conocimiento).

BRASIL, RADIOGRAFÍA DE UNA COYUNTURA COMPLEJA. A doce años de reinado del Partido de los Trabajadores (PT) con cuatro mandatos sucesivos, Brasil confronta un 2016 complejo, con repercusiones potenciales no solo internas sino para todo el continente latinoamericano


Mundo

EL CAPITALISMO SERÁ DERROTADO POR LA TIERRA

Leonardo Boff*

4Hay un hecho indiscutible y desolador: el capitalismo como modo de producción y su ideología política, el neoliberalismo, se han sedimentado globalmente de forma tan consistente que parecen hacer inviable cualquier alternativa real. De hecho, ha ocupado todos los espacios y alineado casi todos los países a sus intereses globales.

Desde que la sociedad pasó a ser de mercado y todo se volvió oportunidad de ganancia, hasta las cosas más sagradas como los órganos humanos, el agua y la capacidad de polinización de las flores, los estados, en su mayoría, se ven obligados a gestionar la macroeconomía globalmente integrada y mucho menos a servir al bien común de su pueblo.

El socialismo democrático en su versión avanzada de eco-socialismo es una opción teórica importante, pero con poca base social mundial de implementación. La tesis de Rosa Luxemburgo en su libro Reforma o Revolución de que «la teoría del colapso capitalista está en el corazón del socialismo científico» no se ha hecho realidad. Y el socialismo se ha derrumbado.

La furia de la acumulación capitalista ha alcanzado los niveles más altos de su historia. Prácticamente el 1% de la población rica mundial controla cerca del 90% de toda la riqueza. 85 opulentos, según la seria ONG Oxfam Intermón, tenían en 2014 el mismo dinero que 3,5 mil millones de pobres en el mundo. El grado de irracionalidad y también de inhumanidad hablan por sí mismos. Vivimos tiempos de barbarie explícita.

Las crisis coyunturales del sistema ocurrían hasta ahora en las economías periféricas, pero a partir de la crisis de 2007/2008 la crisis explotó en el corazón de los países centrales, en Estados Unidos y Europa. Todo parece indicar que esta no es una crisis coyuntural, siempre superable, sino que esta vez se trata de una crisis sistémica, que pone fin a la capacidad de reproducción del capitalismo. Las salidas que encuentran los países que hegemonizan el proceso global son siempre de la misma naturaleza: más de lo mismo. O sea, continuar con la explotación ilimitada de bienes y servicios naturales, orientándose por una medida claramente material (y materialista) como es el PIB. Y ay de aquellos países cuyo PIB disminuye.

Este crecimiento empeora aún más el estado de la Tierra. El precio de los intentos de reproducción del sistema es lo que sus corifeos llaman «externalidades» (lo que no entra en la contabilidad de los negocios). Estas son principalmente dos: una injusticia social degradante con altos niveles de desempleo y creciente desigualdad; y una amenazadora injusticia ecológica con la degradación de ecosistemas completos, erosión de la biodiversidad (con la desaparición de entre 30-100 mil especies de seres vivos cada año, según datos del biólogo E. Wilson), el calentamiento global creciente, la escasez de agua potable y la insostenibilidad general del sistema-vida y del sistema-Tierra.Pachamama sol-de-Paz

Estos dos aspectos están poniendo de rodillas al sistema capitalista. Si quisiese universalizar el bienestar que ofrece a los países ricos, necesitaríamos por lo menos tres Tierras iguales a la que tenemos, lo que evidentemente es imposible. El nivel de explotación de las «bondades de la naturaleza», como llaman los andinos a los bienes y servicios naturales, es tal que en septiembre de este año ocurrió «el día de la sobrecarga de la Tierra» (the Earth overshoot Day). En otras palabras, la Tierra ya no tiene la capacidad, por sí misma, para satisfacer las demandas humanas. Necesita año y medio para reemplazar lo que se le quita en un año. Se ha vuelto peligrosamente insostenible. O refrenamos la voracidad de acumulación de riqueza, para permitir que ella descanse y se rehaga, o debemos prepararnos para lo peor.

Como se trata de un super-Ente vivo (Gaia), limitado, con escasez de bienes y servicios y ahora enfermo, pero combinando siempre todos los factores que garantizan las bases físicas, químicas y ecológicas para la reproducción de la vida, este proceso de degradación desmesurada puede generar un colapso ecológico-social de proporciones dantescas.

La consecuencia sería que la Tierra derrotaría definitivamente al sistema del capital, incapaz de reproducirse con su cultura materialista de consumo ilimitado e individualista. Lo que no hemos conseguido históricamente por procesos alternativos (era el propósito del socialismo), lo conseguirían la naturaleza y la Tierra. Esta, en realidad, se libraría de una célula cancerígena que amenaza con metástasis en todo el organismo de Gaia.

Entre tanto, nuestra tarea está dentro del sistema, ampliando las brechas, explorando todas sus contradicciones para garantizar especialmente a los más humildes de la Tierra lo esencial para su subsistencia: alimentación, trabajo, vivienda, educación, servicios básicos y un poco de tiempo libre. Es lo que se está haciendo en Brasil y en muchos otros países. Del mal sacar el mínimo necesario para la continuidad de la vida y de la civilización.

Y, además, rezar y prepararse para lo peor.

*Teólogo brasileño , exponente de las corrientes progresistas de la Iglesia Católica latinoamericana

 

LA INDUSTRIA DE LA PRIVATIZACIÓN EN EUROPA

Matthijs Peters y Sol Trumbo Vila

6La ciudadanía europea ha sido testigo de cómo una oleada de privatizaciones barría sus países en los últimos años. El informe del Transnational Institute (TNI) Privatizando Europa,1 publicado en 2013, demostraba cómo la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional estaban utilizando la crisis económica como una forma de impulsar programas de privatización en países endeudados de la UE, a pesar de la gran oposición popular que estos suscitaban.

Tres años después, este informe repasa las consecuencias de esas privatizaciones. Sus páginas se centran en el proceso y en los actores empresariales que se han beneficiado, y analiza si la venta de patrimonio estatal ha cumplido con las promesas que se utilizaron para justificar su privatización.

La industria de la privatización en Europa pone al descubierto que:

- La lógica que esgrimen los defensores de la privatización no se corresponde con las pruebas. La privatización se ha justificado con el argumento de que genera ingresos para los países endeudados, y que garantiza una mayor eficiencia. Sin embargo, en casi todos los casos, solo se están vendiendo empresas rentables, y a unos precios sistemáticamente infravalorados. Mientras tanto, estudios del FMI y de universidades europeas demuestran que no existen pruebas de que las empresas privatizadas sean más eficientes. Más bien, han reducido los salarios, menoscabado las condiciones laborales y generado una creciente brecha salarial.

- Un pequeño círculo de firmas jurídicas y financieras está obteniendo enormes beneficios con la nueva oleada de privatizaciones propiciadas por la crisis. Entre estas, se cuentan asesorías financieras y jurídicas, así como empresas auditoras. Estos actores son promotores activos de las privatizaciones en toda Europa y se han beneficiado de este negocio tan lucrativo, haciéndose con contratos valorados en millones de euros.

- Algunos de los actores empresariales clave, como Lazard, se han dedicado a asesorar sobre el proceso de privatización y, después, a beneficiarse de su propio asesoramiento. Por ejemplo, la división de Lazard especializada en asesoría actuó como principal asesora financiera de la privatización de Royal Mail, por lo que influyó directamente en la fijación de los precios de las acciones, y al mismo tiempo, la división dedicada a la gestión de activos fue una de las 16 empresas a las que se les otorgó la condición de inversor preferente. Esto permitió a la empresa embolsarse unos beneficios de ocho millones de libras, comprando y después revendiendo las acciones.

- A pesar de la retórica a favor de la gestión privada, muchas de las empresas que obtienen concesiones y compran activos privatizados son empresas de propiedad estatal. Empresas estatales chinas, por ejemplo, se han convertido en actores dominantes que están comprando empresas energéticas europeas, adquiriendo acciones en empresas públicas de servicios portuguesas, griegas e italianas. Empresas estatales de Alemania y Azerbaiyán también han participado en la compra de activos privatizados en otros países europeos.

- La privatización en Europa ha impulsado un aumento de la corrupción, con demasiada frecuencia de casos de nepotismo y conflictos de interés. En Grecia, este hecho ha dado lugar a constantes escándalos en el HRADF, la principal agencia encargada de las privatizaciones en el país, y tres de los miembros de su junta están acusados actualmente por la fiscalía anticorrupción griega. En Italia, España, Portugal y el Reino Unido se han producido casos parecidos.

DE LA DERROTA DEL ALCA A LA LUCHA CONTRA EL TTP

Alberto Arroyo Picard*

 

8Derrotamos el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), impedimos que la Organización Mundial de Comercio (OMC) se profundizara, pero la guerra sigue. Hoy enfrentamos nuevas amenazas, una nueva oleada de mega tratados de libre comercio (TLCs). El Tratado Transpacífico (TTP) incluye, por lo pronto, sólo 5 países de las Américas: Canadá, Estados Unidos, México, Perú y Chile. Sin embargo, si logra su ratificación en los Congresos y tiene éxito la estrategia geopolítica de la que forma parte, afectará al mundo entero. El capital global aprendió de sus derrotas, ha ido recuperándose y hoy, fortalecido, toma de nuevo la iniciativa global. Como veremos este tratado pretende avanzar a nivel global en su empeño de crear una constitución mundial de los derechos del capital y reponerse de la derrota del ALCA y el estancamiento de la OMC.

¿Por qué un tratado que sólo incluye a 12 países tiene el potencial de incidir sobre el mundo entero?

La estrategia del capital global impulsada, especialmente por Estados Unidos, es romper el sistema institucional y formal de negociaciones comerciales (la OMC) y sustituirlo por negociaciones bilaterales o plurilaterales basadas en una gran asimetría de poder. La OMC promueve el libre comercio al que nos oponemos, pero al menos es un espacio institucional en el que cada país tiene un voto y ello ha permitido actuar a las alianzas de países del Sur global para impedir que la OMC amplíe su mandato y los países desarrollados impongan acuerdos. De hecho las negociaciones en la OMC están estancadas.

En un informe para los Senadores de Estados Unidos [1] se reconoce que la OMC no logra avanzar y que el TTP pudiera ser una forma de liberalizar el comercio y la inversión mundial. Plantean que no se logra avanzar en la OMC debido a que en ella participan también los que no se convencen de dejar todo a la ley del mercado, es decir a la ley del más fuerte. Por ello al TTP solo se invita a fanáticos de libre comercio y así se puede “lograr el TLC más ambicioso que jamás se ha soñado”. La zona del TTP representa cerca del 40% de la economía mundial y si a ello le agregamos el Tratado Estados Unidos-Europa, la enorme mayoría de la economía global estaría regida por la lógica del libre comercio. Ante esta situación, los países que se han resistido a firmar acuerdos de libre comercio se verán aislados y obligados a adherirse (sin siquiera negociar, solo sumarse a lo negociado por los fanáticos del libre comercio). En palabras de Obama, el TTP logrará que nosotros impongamos las reglas del comercio y no China.

¿Por qué si solo 3 países de América Latina están actualmente en el TTP todos debemos luchar por evitar su ratificación legislativa?

En primer lugar porque aún antes de que entre en vigor, ya la lista de países que plantean adherirse TTP crece todos los días.

En segundo lugar porque para América Latina, el TTP representa un avance de la estrategia seguida en Estados Unidos ante la derrota del ALCA [ 2 ]. Al no poder lograr el ALCA, buscó los mismos objetivos por la vía de negociaciones bilaterales o regionales y ello dio por resultado una América polarizada. Todos los que tienen costa hacia el Pacífico: Norte América, Centro América, Chile, Perú y Colombia, tienen TLC con Estados Unidos (y también con Europa) [3]. Con ello fue consolidando su zona de influencia y aislando y ejerciendo presión sobre la zona en resistencia a este modelo agrupada en Mercosur y los países del ALBA [4].

Desgraciadamente, ello ha ido dándole algunos frutos. Ecuador firma y busca ratificar un TLC con Europa y ha congelado los procesos de denuncia de sus acuerdos de inversión (TBI); Brasil inicia un proceso de negociación y firma de Acuerdos de Protección de Inversiones (APRIs) y muestra de nuevo posturas ambiguas sobre si se sentará a la mesa para negociar como Mercosur un TLC con Europa [5]. La caída de los precios de las materias primas y especialmente del petróleo acaba con el período de bonanza vivido en casi toda América Latina y crea mejores condiciones para que fructifiquen las presiones para aceptar el modelo de libre comercio y los intentos de desestabilización impulsados por Estados Unidos en los países que se resisten a su hegemonía [6].

América Latina es hoy distinta a los memorables momentos de la derrota del ALCA en que se rompió el dominio casi total de Estados Unidos sobre “su traspatio” al otro lado del Río Bravo y algunos países avanzan en proyectos de recuperar soberanía y buscar caminos propios fuera del llamado Consenso de Washington. América Latina se polarizó entre la resistencia y el avance del modelo del libre comercio; a la vez, dejó de ser zona bajo dominio casi único de Estados Unidos para convertirse en una zona en disputa entre Estados Unidos, Europa y recientemente China. No se puede negar que la estrategia multiforme del capital global ha ido ganando terreno. El polo de gobiernos que resisten o resistían al modelo del libre comercio y en general los movimientos sociales no están, por decir lo menos, en su mejor momento. En este nuevo contexto, debemos enfrentar la nueva oleada de mega TLCs como el de Europa-Estados Unidos, Europa-Canadá, el tratado sobre servicios (TISA) y el TTP.

¿Cuáles son las principales novedades del TTP?

Avanza en la liberalización de los servicios, incluidos aquellos vinculados a los derechos humanos.

Bajo el disfraz de reglas de propiedad intelectual y comerciales, se esconde el interés de ejercer control político social en el uso de internet. Contiene medidas de remoción de contenidos en internet bajo pretexto de protecciones a los derechos de autor, contiene prohibiciones a usuarios finales de modificar código informático o productos tecnológicos para sus fines y necesidades bajo penas de sanciones penales. Además, el TTP permitiría a empresas proveedoras de telecomunicaciones el poder fragmentar internet creando segmentos asequibles sólo para algunos, se vulnera la protección a los datos personales de los usuarios y da pie a distintas afectaciones a la privacidad de las comunicaciones.

Acrecienta el monopolio sobre medicinas mediante la ampliación de los años de dominio de las patentes y los datos de prueba. Esto pone en riesgo y amenaza la vida de millones de desposeídos por el encarecimiento de medicamentos y equipos médicos e impide el desarrollo autónomo del abasto de medicinas y dispositivos.

Es un atentado flagrante a los Derechos de los Pueblos reconocidos por el Protocolo Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), pues pretende legalizar el despojo, el patentado, y la mercantilización de la biodiversidad y bio-culturalidad, los conocimientos y saberes y los derechos consuetudinarios de los pueblos originarios, ya que obliga a los gobiernos a suscribir convenios de rapiña y lucro (como la Convención Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales de 1991, UPOV-91) en beneficio de las empresas transnacionales y hace referencia a otros mecanismos de despojo como el Protocolo de Nagoya.

Hace aún más amplio lo que entiende por inversiones, por lo que profundiza y extiende los derechos de los inversionistas y refuerza los mecanismos para hacerlos cumplir mediante demandas en tribunales internacionales de arbitraje. Además el sujeto obligado a hacer cumplir estos derechos abusivos de los inversionistas no es solo el gobierno nacional, sino todos los niveles de gobierno (estados, provincias, municipios) [7].

Perfecciona los mecanismos y disciplinas a los que deben someterse los Estados y con ello limita, aún más que otros TLCs su capacidad de impulsar una política o proyecto económico soberano. Limita la capacidad de legislar, ya que esta facultad soberana la somete a “que no contravenga” lo pactado en el tratado.

Lo han firmado los ejecutivos de los 12 países, pero no ha sido ratificado por ningún parlamento. Es posible derrotarlo como ya derrotamos el ALCA.

La afirmación de que es posible derrotarlo no es solo voluntarista, hay oportunidades reales para logarlo a condición de que reconstruyamos formas de articulación nacional e internacional y sepamos aprovechar las debilidades y obstáculos que el capital global tiene para lograr sus objetivos.

Hoy contamos con 22 años de efectos negativos de estos TLCs, ya no existe el pensamiento casi único al que nos enfrentamos al inicio de la lucha contra el ALCA. Organismos internacionales que antes eran promotores del libre comercio e inversión hoy son críticos (UNCTAD [8], CEPAL [9]), incluso hay crecientes voces oficiales en el sistema internacional de derechos humanos que afirman que estos tratados son violatorios del derecho internacional al poner los derechos comerciales por encima de los derechos humanos [ 10].

Según el propio TTP, para entrar en vigor tiene que ser ratificado por al menos 6 países que juntos representen el 85% del PIB integrado de los 12 países que lo negociaron. Ello no es posible si no lo hacen tanto Estados Unidos, como Japón y en ambos países la oposición, tanto social como parlamentaria, hace pensar que es perfectamente posible que no se logre su ratificación [ 11].

Es cierto que los gobiernos aliados de los movimientos sociales en la derrota el ALCA están en problemas; tampoco los movimientos sociales tenemos la unidad y fortaleza que tuvimos entonces. Pero no es hora de llorar por los retrocesos, sino de profundizar los proyectos alternativos y re-articularnos para derrotar el TTP, el TISA y toda la nueva ola de TLCs que pretenden imponernos. El Encuentro Internacional de Organizaciones Sociales en Oposición al Tratado de Asociación Trans-Pacífica, realizado en la Ciudad de México del 27 al 29 de enero de 2016, fue un paso importante en esta articulación y para acordar un plan de acción.[ 12]

*Alberto Arroyo Picard es investigador de UAM y RMALC.

Artículo publicado en la edición de marzo 2016 (No. 511) de la revista América Latina en Movimiento: "América Latina en la coyuntura mundial"

[1] Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos. Informe del 5 septiembre de 2012. Traducción no oficial realizada por RMALC. Véase en http://www.fas.org/sgp/crs/row/R42694.pdf
[2] Para América Latina, el TTP es una jugada para avanzar en varios terrenos y escenarios: 1) Consolidación del dominio de Estados Unidos sobre los países latinoamericanos ya totalmente subordinados en el modelo de Libre Comercio; 2) Consolidar el cerco y la presión sobre los focos de resistencia en el sur del continente; 3) Avanzar frente a Europa y China en su influencia en la región. Hay que tener presente, que más allá de la competencia entre ponencias por los recursos y mercado de América Latina, en realidad el avanzar en crear una constitución mundial de los derechos del capital es un proyecto del capital global independientemente de su base en un país o potencia.
[3] Ecuador, que tiene costa en el Pacífico, no tiene un TLC con Estados Unidos pero ya firmó con Europa.
[4] La estrategia frente a los que se resisten a firmar TLC es multiforme y se complementa intentando golpes de Estado (Venezuela, Honduras y Paraguay) y recientemente con elementos del llamado poder suave: realizan fuertes inversiones y créditos y, en el plano político, apoyan a las oligarquías internas para forzar cambios “democráticos” desde adentro.
[5] Brasil no tenía ningún TLC, ni TBI vigente. Hoy ya ha formado 4. Los TBI que Brasil ha negociado son distintos que los clásicos tratados de protección e inversiones, pero siguen estando muy lejos de lo que han propuesto las redes internacionales de organizaciones sociales. El análisis del TBI de Brasil con México puede verse en Arroyo Alberto “Acuerdos de Cooperación y Facilitación de Inversiones Brasileños frente a las alternativas surgidas de las redes y organizaciones sociales internacionales” publicado en Revista internacional electrónica Alternativ@s, por RMALC el 9 de diciembre de 2015. Véase http://www.rmalc.org/wp content/uploads/2015/12/alternativas99.pdf. Publicado también en Portugués en Libro editado por EQUIT y REBRIP. Río de Janeiro, Brasil 2015.
[6] Sin embargo, hay que evitar simplificaciones. Las crisis políticas que viven algunos de los países con gobiernos progresistas o de izquierda no son iguales. En cada país tienen factores diversos. No se puede negar la intervención externa, pero también hay factores internos y es urgente un serio proceso de autocrítica. No podemos meter en el mismo saco la oposición oligárquica alentada desde el exterior con las luchas de sectores de izquierda que impulsan profundizar los cambios y que no se les puede descalificar diciendo que le están haciendo el juego a la derecha.
[7] “Los derechos de los inversionistas en el Tratado Transpacífico” en la revista electrónica Alternativ@s número 102, páginas 11 y 12 en http://www.rmalc.org/category/boletin-alternativas/ También en http://www.alainet.org/es/articulo/175235
[8] UNCTAD (2013) “Towards a new generation of International Investment Policies: UNCTAD´s Fresh Approach to Multilateral Investment Policy Making”, IIA Issue Notes, n° 5 (United Nations: New York and Geneva ). UNCTAD (2014) “Reform of the IIA regime: four paths of action and a way forward”, IIA Issue Notes, n°3 (United Nations: New York and Geneva ).
[9] Informes sobre IED en América latina de 2012 y 2013.
[10] El Informe de julio de 2015 del Experto Independiente de la ONU sobre la promoción de un orden internacional democrático y equitativo afirma que tratados como el TTP son incompatibles con el orden público internacional y puede considerarse contrario a las disposiciones de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados y nulos en tanto que contrarios a las buenas costumbres.
[11] Véase una breve reseña de la oposición al TTP y sobre todo las fuentes citadas en “Panorama de la oposición al TTP en Revista Electrónica Alternativ@s número 102, páginas 7 a 10 en: http://www.rmalc.org/wp-content/uploads/2016/02/alternativas102.pdf También en http://www.alainet.org/es/articulo/175235 .
[12] Declaraciones encuentro internacional de organizaciones sociales en oposición al Tratado de Asociación Transpacífica http://www.rmalc.org/wp-content/uploads/2016/02/FINAL-PARA-CIRCULAR-Declaracion-de-los-movimientos-sociales.pdf o También en http://www.alainet.org/es/articulo/175236

 

Latinoamérica

EL OCASO DE LOS ÍDOLOS: ASCENSIÓN Y CAÍDA DE LA IZQUIERDA PERSONALISTA EN LATINOAMÉRICA

James Petras
Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

Introducción

10A lo largo de los últimos tres años, algunos dirigentes latinoamericanos que presidían economías del bienestar basadas en el “libre comercio” heterodoxo y la exportación de materias primas han perdido elecciones presidenciales, legislativas y municipales, referendos o se enfrentan a una destitución. Han caído mediante las urnas y no por causa de invasiones de EE.UU. o golpes de Estado. Estos mismos dirigentes de izquierdas, que consiguieron vencer golpes de Estado y resistieron descaradas intervenciones políticas de Estados Unidos a través de la USAID (Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional), la NED (Fundación Nacional para la Democracia), la DEA (Agencia para el Control de Drogas) y otras organizaciones gubernamentales, fueron desplazados por las urnas.

¿Por qué motivos los presidentes de izquierda han dejado de recibir el apoyo electoral mayoritario después de casi una década? ¿Por qué en esta ocasión los candidatos apoyados y financiados por EE.UU. han conseguido vencer, tras haber sido derrotados en múltiples elecciones anteriores? ¿Cómo se explica la derrota de la vía violenta de acceso al poder de la derecha y su subsiguiente victoria mediante procesos electorales?

La lucha de clases y la movilización popular, preludio de los triunfos electorales de la izquierda

Los triunfos electorales de la izquierda vinieron precedidos por una crisis profunda de las economías desreguladas y de “libre mercado”, que vino acompañada de una fuerte lucha de clases impulsada desde abajo. Esta lucha de clases polarizó y radicalizó a una buena parte de las clases trabajadora y media.

En Argentina, el colapso total del sistema industrial y financiero produjo un levantamiento popular y la rápida destitución de tres presidentes. En Bolivia, dos sublevaciones populares derrocaron a sendos presidentes favorables al “libre mercado” que contaban con el respaldo de Estados Unidos. En Ecuador, un “movimiento ciudadano” popular expulsó al presidente respaldado por EE.UU.

En Brasil, Paraguay y Venezuela, los pujantes movimientos campesinos y urbanos, opuestos a sus presidentes de “libre mercado” consiguieron mediante la acción directa y las papeletas elegir a presidentes de izquierda.

Cuatro factores interrelacionados explican esta toma del poder por parte de la izquierda. En primer lugar, la espectacular caída socioeconómica y la crisis subsiguiente, que implicó un aumento de la pobreza, el estancamiento económico y una fuerte represión por parte de los regímenes derechistas, precipitó un giro a gran escala hacia la izquierda. En segundo lugar, la potente lucha de clases producida en respuesta a dicha crisis politizó a los trabajadores, radicalizó a las clases medias que perdieron poder adquisitivo y erosionó la influencia de las clases dominantes y el impacto de los medios de comunicación ligados a ellas. En tercer lugar, los presidentes de izquierda prometieron importantes cambios estructurales a largo plazo y consiguieron implantar con éxito programas sociales de impacto inmediato (empleo, beneficios sociales, protección de los depósitos bancarios, aumentos salariales e inversiones públicas a gran escala). Por último, aunque no menos importante, los presidentes de izquierda ocuparon sus cargos al inicio de un ciclo de aumento de precios de las materias primas (o durante el mismo), que proporcionó superávits multimillonarios en los ingresos procedentes de las exportaciones y los impuestos, con los que pudieron financiar los nuevos programas de inclusión social.

Políticas electorales clientelares, desmovilización social y acuerdos con las multinacionales extractivas

Durante sus primeros años en el cargo, los gobiernos de izquierda mantuvieron a raya a las clases dominantes: derrotaron fallidos golpes de Estado, expulsaron a embajadores y organismos estadounidenses que intervenían en sus respectivos países y vencieron a los clientes locales de EE.UU.

Trabajaron en el ámbito legal para consolidar su poder político convocando asambleas constituyentes que aprobaran constituciones progresistas. Atrajeron a nuevos electores que consolidaran sus bases de poder: indígenas y clases medias y populares. Los cambios constitucionales reorganizaron nuevas alianzas sociales, especialmente con el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, pero no llegaron a crear las bases para un cambio en las relaciones de propiedad.

Los gobiernos de izquierda reforzaron su dependencia de las exportaciones agro-minerales, diseñando una estrategia de crecimiento basada en la asociación económica con empresas multinacionales y con los propietarios de las plantaciones dedicadas a la agroindustria.

El aumento de los precios de las materias primas en el mercado internacional supuso un aumento de los ingresos del Estado que sirvió para incrementar el gasto público en infraestructuras y una expansión del empleo del sector público. Estos gobiernos construyeron sistemas clientelares a gran escala y una maquinaria electoral basada en el clientelismo, que “movilizaba” a las masas con ocasión de las elecciones y cuando se celebraba algún evento internacional.

Los analistas y periodistas internacionales de izquierda estaban impresionados por la feroz retórica antiimperialista de los gobiernos de izquierda y sus políticas anti-neoliberales. Los comentaristas locales y extranjeros repetían como un loro la retórica sobre las nuevas formas del socialismo, el “socialismo” del siglo XXI en Ecuador y Venezuela y el socialismo andino en Bolivia. En la práctica, estos gobiernos firmaron contratos a gran escala y a largo plazo con gigantes internacionales como Repsol, Monsanto, Jindel y docenas de otras multinacionales apoyadas por el imperio.

Las grandes compañías de agro-exportación recibieron créditos, préstamos y ayuda técnica, mientras que los productores locales y los campesinos solo recibían “títulos de propiedad” sobre pequeñas extensiones de tierra. No se acometió ninguna reforma agraria a gran escala. Los campesinos sin tierra que participaron en ocupaciones de fincas fueron expulsados por la fuerza. El aumento de las inversiones públicas en créditos y asistencia técnica se canalizó casi exclusivamente hacia las grandes empresas agrícolas de soja, ganado, algodón y otras materias para la exportación, lo que incrementó las desigualdades de clase en el área rural y disminuyó la seguridad alimentaria. Durante esos años, los militantes se convirtieron en funcionarios, que desarrollaron vínculos con los grupos empresariales e iniciaron sus propios procesos de “movilidad social”.

El modelo basado en la exportación de minerales y productos agrícolas sirvió para aumentar los ingresos y reducir la pobreza, pero también acentuó las desigualdades entre el funcionariado y los campesinos y trabajadores urbanos. La nueva clase media recién enriquecida y en ascenso ya no acudía en masa a escuchar la “retórica igualitaria”. Ahora buscaba seguridad, consumo facilitado por los créditos y miraba hacia las élites ricas en busca de modelos para su nuevo estilo de vida, en lugar de expresar su solidaridad con quienes habían quedado por debajo.

De la retirada a la derrota: Acomodación pragmática como fórmula para la restauración neoliberal

La mayor parte de la gente empezó a no tomar en serio la retórica antiimperialista de sus dirigentes, que contrastaba con el aumento de la inversión de capital extranjero y de los contratos firmados con multinacionales. Aceptaban los “gestos” simbólicos y las inauguraciones de proyectos locales ante grandes muchedumbres, pero estos cada vez eran más incapaces de compensar el aumento del poder centralizado y de la corrupción local. A lo largo de estos años, los cuadros políticos de los partidos de izquierda en el poder reunieron votos mediante favores clientelares, financiados mediante sobornos aportados por los contratistas y transferencias ilícitas de fondos públicos.

Las reelecciones alimentaron la complacencia, la arrogancia y el sentimiento de impunidad. Las gratificaciones obtenidas mediante el cargo eran asumidas como algo natural por parte de los dirigentes de los partidos, pero fueron percibidas como privilegios inmerecidos por muchos votantes obreros y campesinos. El proceso de des-radicalización que se produjo dentro de los cuadros superiores y medios de los regímenes de izquierda hizo que las clases más bajas tuvieran que echar mano de soluciones individualistas, familiares y locales para lidiar con sus problemas cotidianos.

Con la caída de precios de las materias primas, la coalición amplia de trabajadores, campesinos, clases medias y grupos profesionales se hizo añicos. Muchos consideraron que las malas prácticas de los regímenes de izquierda habían traicionado las promesas de cambio. Así fue como los sectores populares asumieron las críticas moralizantes orquestadas por la derecha. La derecha radical retrógrada explotó el descontento con los responsables y restó importancia o disimuló sus planes para revertir y socavar los aumentos en el empleo y los salarios, las pensiones y las asignaciones familiares conseguidas a lo largo del decenio.

Conclusión

Los gobiernos de izquierda fomentaron el crecimiento del capitalismo extractivo y convirtieron a sus bases en receptoras pasivas de las reformas promovidas desde el poder. Las diferencias de poder entre los dirigentes y sus seguidores fueron toleradas mientras se mantuvo el flujo gradual de recompensas.

A medida que las clases ascendían en la escala social, mudaron su ideología izquierdista nacida de la crisis y empezaron a considerar a la élite política como los nuevos “modernizadores”. Los regímenes de izquierda fomentaron una “cultura de la dependencia” en la que competían por votos en base al crecimiento, los mercados y el clientelismo.

Los funcionarios de izquierda, imposibilitados de ascender mediante la participación en los sectores agro-minerales “cerrados”, controlados por las multinacionales, recurrieron a la corrupción del Estado, extrayendo “comisiones” como intermediarios para las multinacionales, o simplemente fugándose con fondos públicos asignados para proyectos locales sanitarios, educativos o de infraestructuras.

Como resultado de todo ello, las promesas electorales no fueron cumplidas. Los dirigentes ignoraron las prácticas corruptas, ofendiendo profundamente al electorado popular, indignado ante el espectáculo ofrecido por los políticos corruptos de izquierda que aplaudían la retórica radical al tiempo que saqueaban el dinero público con impunidad.

La lealtad al partido limitaba cualquier supervisión de los políticos y funcionarios locales por parte de las esferas políticas nacionales. El desencanto hacia los funcionarios locales se extendió hasta la cumbre de los partidos. Los líderes populares, elegidos en repetidas ocasiones, empezaron a verse implicados, o al menos cómplices, en la aceptación de sobornos.

El final del decenio y el final del auge de las materias primas señalaron el ocaso de los ídolos. La izquierda perdió elecciones por toda la región.

Epílogo

En Argentina, cayó el régimen Kirchner-Fernández (2015).

En Brasil, el régimen de Lula-Roussef está imputado y se enfrenta a la destitución (2014-2016).

En Venezuela, el régimen Chávez-Maduro perdió las elecciones legislativas (2015).

En Bolivia, el régimen de Evo Morales perdió el referéndum para modificar la constitución y permitir un tercer mandato presidencial (2016).

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductora y a Rebelión como fuente de la misma.

 

SE CELEBRÓ EL DÍA MUNDIAL DE LOS DATOS ABIERTOS,

Uruguay séptimo en el mundo en datos abiertos

11El sábado 5 de marzo se celebró una nueva edición del Día Mundial de los Datos Abiertos, iniciativa que es impulsada en nuestro país por la AGESIC (Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y el Conocimiento).

Este sábado 5 de marzo se conmemoró una nueva edición del Día Internacional de los Datos Abiertos. Desde 2011, la iniciativa es liderada en Uruguay por la AGESIC, que convocó a mesas de trabajo para definir aspectos que posteriormente darían lugar al Plan de Acción de Datos Abiertos.

Los datos abiertos son aquellos que se encuentran disponibles en formatos estándares y abiertos (de forma conveniente y modificable), es decir, a los que cualquier persona puede acceder, reutilizarlos y redistribuirlos para crear nuevos servicios e informaciones o solicitarlos por la política de transparencia y rendición de cuentas.

De acuerdo a la información brindada por AGESIC, Uruguay se ha posicionado muy bien en los rankings internacionales sobre datos abiertos. En la edición 2015 del Índice Global de Datos Abiertos (Global Open Data Index) -realizado por Open Knowledge International y que mide la apertura técnica y jurídica de los conjuntos de datos que se consideran de valor desde el punto de vista democrático y social- Uruguay se encuentra en el séptimo puesto a nivel mundial entre 122 países considerados y segundo en América Latina. En la medición anterior, Uruguay se encontraba en el puesto 13 a nivel mundial entre 97 países considerados.

Según se comunicó, la mejoría del país en el ranking se debe, fundamentalmente, a políticas e iniciativas concretas del Estado uruguayo en la materia, como las acciones impulsadas por Agesic y la existencia del portal de datos abiertos.

Entre los desafíos planteados para el año 2016 en la materia se encuentran:

- comenzar a trabajar en una estrategia de datos abiertos para gobiernos subnacionales

- reglamentar el artículo 77 de la Ley de Presupuesto sobre datos abiertos

- realizar en setiembre un nuevo Datacamp o entrenamiento para periodistas en el uso de herramientas

informáticas para el tratamiento de datos y

- llevar adelante en octubre la quinta edición del concurso DateIdea.

La historia de los datos abiertos

En diciembre de 2007, treinta defensores del gobierno abierto se reunieron en Sebastopol, California, con el objetivo de desarrollar un entendimiento cabal sobre la esencialidad de los datos abiertos de gobierno en pos de la democracia. Fue así que se acordaron los ocho principios que definen a los datos abiertos de gobierno: que sean completos, primarios, oportunos, accesibles, procesables, sin discriminación, sin propiedad y de licencia libre.

En Uruguay se lanzó en 2011 el portal de datos públicos datos.gub.uy y se conformó un grupo estable de trabajo liderado por AGESIC e integrado por la Intendencia de Montevideo, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), el Instituto Nacional de Estadística (INE), la Facultad de Ingeniería y la ONG Data.

En 2012 se lanzó el Catálogo Nacional de Datos Abiertos (catalogodatos.gub.uy), un portal para la publicación de conjuntos de datos abiertos y aplicaciones que utilicen esos datos. Ese mismo año se realizó la primera edición del concurso nacional de datos abiertos DateIdea. En 2013 se llevó a cabo en Montevideo la primera Conferencia Regional de Datos Abiertos para América Latina y el Caribe y se incluyó al periodismo de datos como nueva categoría dentro del concurso DateIdea.

En 2014 tuvo lugar el primer Bootcamp de datos abiertos, una actividad que tenía como propósito difundir entre los periodistas las nuevas herramientas para el tratamiento de datos. La edición del concurso DateIdea de ese año incorporó la participación de organismos y la financiación de iniciativas de colaboración entre estos y la sociedad civil mediante Fondos Concursables de Gobierno Abierto.

 

BRASIL, RADIOGRAFÍA DE UNA COYUNTURA COMPLEJA

Por Sergio Ferrari*

Ginebra

12A doce años de reinado del Partido de los Trabajadores (PT) con cuatro mandatos sucesivos, Brasil confronta un 2016 complejo, con repercusiones potenciales no solo internas sino para todo el continente latinoamericano. El Gobierno instalado en 2003 luego de la elección de Luiz Inácio Lula da Silva se convirtió en el principal referente para la izquierda continental. De cómo se resuelva la crisis actual que confronta el PT y la presidenta Dilma Rousseff, heredera de Lula, dependerá en gran parte el giro político-ideológico que podrá tomar América Latina en los próximos años dada la influencia real que ejerce la primera potencia continental.

Un juicio político pendiente desde diciembre 2015 contra Dilma Rousseff en el congreso brasilero; la ofensiva jurídica lanzada desde inicios del año contra el mismo Lula trasladado a inicios de marzo compulsivamente a los jurados para declarar; variados escándalos de corrupción que tocan tanto a figuras destacadas afines al Gobierno y al PT como a la oposición incluyendo el que involucra al ex – presidente Fernando Henrique Cardoso (1995- 2002); denuncias sobre el uso de la empresa estatal Petrobras para financiamientos ilícitos… Señales todas de un desgaste progresivo de la clase política – y de la credibilidad de la ciudadanía hacia el Estado- cuya principal factura política la podría pagar el PT y el “lulismo”, si no se da una rápida inversión de la situación, según el análisis de Sergio Haddad, fundador de Açao Educativa, personalidad de referencia de la sociedad civil brasilera y reconocido analista político.

Una crisis y tres causas

La situación del año pasado fue muy compleja producto de la intensa movilización de la oposición que había perdido por muy poco margen las elecciones de fines de octubre del 2014 y muy rápidamente comenzó a torpedear el segundo gobierno de Dilma Roussef iniciado el 1ero de enero del 2015, explica.

La compleja situación actual, sin embargo, no se limita solo a esta ofensiva de la derecha. La crisis actual tiene tres causas principales, sostiene Haddad. “La política, que se expresa en una profunda polarización de los campos en pugna y debido a los gobiernos de coalición; la económica, con una caída sostenida del crecimiento –y por lo tanto de la redistribución social- ; y la ética, que implica los muy diferentes escándalos de corrupción, entre ellos el más conocido, el Lava Jato”. Dilma asumió su segundo mandato gracias a la unidad de la izquierda y con un discurso de izquierda. Pero que rápidamente se debilitó a partir de alianzas que realiza con sectores de derecha – especialmente porque el PT no es mayoritario en el parlamento-. Y por aplicar una política conservadora con ajuste estructural muy fuerte que no hace más que agravar la situación económica, enfatiza Haddad.

Brasil, debido a la crisis internacional global y los límites internos de su política económica, sufre estos últimos años un fuerte freno en el crecimiento que había explotado en los primeros años del gobierno petista. “Crecimiento negativo, recesión y desempleo”, se convierten así en factores objetivos que conspiran contra los amplios planes sociales que habían sido el pilar más efectivo y popular de la gestión de Lula, señala el responsable de Açao Educativa.

El país cerró el año 2015 con un 6.9% de desempleo – lo que representa casi 8 millones de personas sin trabajo-, la tasa más alta de los últimos 8 años. Y si bien más de 40 millones de brasileros habían salido de la pobreza desde el 2003 en adelante, hay una notoria recaída de muchos de estos sectores a la situación anterior. Con el agravante que casi el 75 % de los nuevos desempleados son menores de 24 años.

Haddad recuerda que Brasil, un verdadero continente de 8.5 millones de kilómetros cuadrados y más de 200 millones de habitantes, sigue siendo un país de enormes desigualdades y gran polarización social. Y por lo tanto un terreno propicio para protestas y explosiones sociales.

En cuanto a la corrupción y los diversos escándalos que sacuden a la clase política, “constituyen un factor significativo de desestabilización y de descreimiento creciente de una parte significativa de la población hacia sus dirigentes”, explica Sergio Haddad. En el caso de la empresa petrolera estatal Petrobras, “ha habido mucho robo y de peso”. Las acusaciones contra el PT, sus aliados y Dilma “van a mantenerse como una espada de Damocles todo el tiempo en estos próximos meses, si bien es cierto que no hay elementos que señalen una responsabilidad directa de ella en ese escándalo”.

Sin duda, explica el analista, la corrupción no es un fenómeno nuevo en Brasil. Hace parte de su historia y atraviesa todos los sectores de la población ya que es cotidiano que cualquiera pague a un funcionario para resolver un trámite oficial o sacar su permiso de conducir, o disminuir el precio de una multa de tráfico. “Aunque no se justifique, es constitutivo de nuestra idiosincrasia”. Y se agrava, en el terreno político, por “el financiamiento privado de las campañas políticas electorales, los arreglos de empresarios e inversionistas con las fuerzas políticas y el recupere de esas *inversiones* a cambio de contratos o favores. Lamentablemente el involucramiento del sector privado en lo público con las correspondientes retribuciones y beneficios es parte de la esencia de nuestro sistema político”, lamenta.

Evolución incierta

Si de analizar los meses futuros se trata, “lo único cierto es lo difícil de hacer cualquier pronóstico”, afirma Beat “Tuto Wehrle, coordinador para América Latina de la ONG terre des hommes / Alemania, quien vive desde hace más de 30 años en Brasil y es un experimentado analista socio-político.

Es casi imposible, insiste, predecir lo que va a pasar con los distintos procesos de juicios ligados al tema de la corrupción y que toca a toda la clase política. Lo que es cierto que luego de la ofensiva lanzada por la oposición de la derecha, “se constató un fracaso de la misma en las movilizaciones que trataron de hacer hacia fin del año pasado en la calle. Y al mismo tiempo se dio una fuerte respuesta de movilización de los movimientos sociales en masivos actos públicos contra lo que ellos evaluaban como el riesgo de un golpe a la paraguaya (destitución de la presidenta por parte del poder legislativo).

“Incluso si Dilma logra sobrevivir a esta ofensiva opositora, de continuar todo como hasta ahora es bastante improbable que el PT pueda lograr en el 2018 un quinto mandato”, señala Wehrle. Para el también promotor de Novo Movimento, una asociación de solidaridad suiza con Brasil, los tiempos políticos en la coyuntura brasilera se miden a corto plazo. “En octubre de este año se realizarán elecciones municipales y la oposición de derecha tratará de convertirlas en un plebiscito contra el Partido de los Trabajadores”, enfatiza.

La voz de los movimientos sociales

Más allá de los cálculos electorales y del desgaste de las “fuerzas tradicionales, sean los partidos políticos o los grandes sindicatos”, el futuro de la dinámica política brasilera dependerá, en gran medida, “de la creatividad y capacidad de movilización de los movimientos populares que están entre los más dinámicos del continente, si pensamos por ejemplo en el Movimiento Sin Tierra /Vía Campesina o las organizaciones urbanas, femeninas, juveniles etc.”, acota Wehrle.

Esos movimientos, aunque apoyen electoralmente al PT, siempre han estado muy conscientes de mantener su total autonomía política y por lo tanto no sufren del desgaste que están padeciendo las fuerzas tradicionales. “Al contrario, siguen siendo - a pesar de ciertas debilidades- actores importantes de lucha contra el retroceso social y contra la amenaza de la pérdida de los derechos sociales conquistados estos últimos trece años”, señala.

Adicionalmente, explica Wehrle, han ido surgiendo nuevos actores que pueden ser portadores de alternativas. Por ejemplo, sectores de la juventud que de forma sistemática alcanzan altos niveles de movilización social. Hay que recordar las manifestaciones previas al Campeonato del Mundo de fútbol en 2013. O bien, a finales del 2015, las protestas creativas e innovadoras de estudiantes secundarios que ocuparon más de 200 escuelas en San Pablo y frenaron el intento del Gobierno del Estado de cerrar centros escolares en un plan de reorganización escolar fundado solo en la reducción de gastos.

¿Dos Brasil en uno? En cierta forma sí, concluye Wehrle: un país institucionalizado, marcado por el desgaste de las fuerzas tradicionales, y otro, el de los movimientos sociales, que con reivindicaciones propias, no se frena ante la crisis política.+ (PE)

Fuente Prensa ecuménica

* En colaboración con el periódico suizo Le Courrier y Novo Movimento


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Distribución: Tom Roberts
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