Carta abierta a Lula: La soja transgenica y el triunfo de la Monsanto



http://www.rebelion.org/ecologia/030430lula.htm

Londrina 12 de Abril del 2.003
Excelentísimo Sr. Luiz Inácio Lula da Silva Presidente de la República
Federal de Brasil

Somos profesionales en investigaciones agrícolas y biológicas de la región
de Londrina. Desde esta nuestra condición tenemos el deber de presentar a Su
Excelencia algunos esclarecimientos al respecto de la soja transgénica
Roundup-Ready, de la compañía Monsanto. Nuestro deseo al ejercer este deber
cívico fué motivado por la reciente edición de la Medida Provisória
113/2.003, que liberó la comercialización de la cosecha transgénica gaucha
( estado de Rio Grande do Sul) en el territorio nacional.

Informaciones falsas

La primera información falsa es que ³los productos transgénicos son
consumidos hace más de cinco años por millones de personas de los EUA, y que
no se há registrado ningún problema². Científicos de la propia Food and Drug
Administration (FDA), que liberó el cultivo de soja en los EUA, afirman que
no hay base para establecer cualquier conclusión respecto a la seguridad de
los transgénicos en la salud pública. Ello debido a que los transgénicos
jamás fueran etiquetados como tales en los EUA, lo que impide el rastreo de
cualquier problema que pueda ocurrir. La industria de los transgénicos
promovió y continua promoviendo un fortísimo lobby de presión contra el
etiquetado específico.

Cabe mencionar que, aún en el transcurso del proceso de aprobación de la
soja Roundup-Ready en los EUA, científicos de la FDA evaluaron que no había
informaciones suficientes sobre los efectos en la salud pública, y emitieron
informes contrarios a su liberación. Tales informes no fueron tenidos en
cuenta por los escalones superiores -influenciados politicamente-que
autorizaron el cultivo de la variedad transgénica. Esos informes en contra,
tan solo salieron a la luz pública en el 2.002, cuando, por decisión
judicial, la ONG Alliance for Biointegrity, de Iowa, tuvo acceso a los
arcjhivos de la FDA.

La cuestión de la seguridad exige mucha cautela, pues los problemas pueden
manifestarse tan solo en el largo plazo. Hoy en día hay en Vietnan, una
generación de niños afectados por ³focomielia², -anomalía congénita que
impide la formación normal de brazos y piernas- porque durante la guerra,
sus abuelos fueron expuestos a elevadas dósis del Agente Naranja, producto
usado para desfoliar bosques y que era considerado seguro en esa época. La
Monsanto fué la mayor abastecedora del Agente Naranja para el ejército
americano.

En Brasil, un problema como este sería una pesada carga para el sistema
público de salud y para la seguridad social, a ejemplo de lo que ya ocurrió
con la contaminación con agrotóxicos.

Según una información falsa, la soja Roundup-Ready produce más cantidad y da
más beneficios a los agricultores. El grupo del economista Dr. Mike Duffy,
de la Universidad de Iowa, asesora a millares de agricultores del
Medio-Oeste americano ­donde las variedades transgénicas han sido cultivadas
en grandes cantidades desde hace cinco cosechas- y han verificado un coste
de producción de cerca de un 5% mas bajo, pero también una productividad
entre 5 y 7% menor. Eso ocurre en la región en que esas variedades de soja
fueron experimentadas, desarrolladas y cultivadas en grandes extensiones. En
el caso de las cosechas gauchas, esa perdida de productividad debe de ser
aún mayor, porque la variedad contrabandeada no fué desarrollada para las
condiciones de suelo y clima del aquel estado. De hecho, Rio Grande do Sul
há conseguido las mayores productividades entre los grandes estados
productores de soja en Brasil, lo que contribuye para evidenciar, en su
conjunto, la falsedad de la afirmación de mayor rendimiento.

Se afirma también que, en Brasil, la soja transgénica tendría una reducción
del 30% en el coste de producción, debido al menor gasto en herbicidas. Eso
es imposible, pues los gastos medios con herbicidas representan entre un 12
a 17% del coste total de la soja convencional.

Vale recordar que los agricultores de Rio Grande do Sul aún no pagan la tasa
tecnológica (royaltis), porque sus simientes son de contrabando. En los EUA
y en la Argentina, la tasa tecnológica tiene que ser pagada incluso cuando
el agricultor reserva simientes de su propia cosecha para sembrar la
siguiente. La Monsanto ha presentado centenas de acciones en la justicia de
los dos países contra los agricultores que replantaron simientes propias sin
pagar esas tasas.

Verdades

Además de explicitar esas informaciones falsas que han rodeado el tema de
los transgénicos, es nuestro deber comunicar nuestras desconfianzas con
relación a los problemas que la liberación de la soja transgénica va a
producir de forma inmediata. No se trata de problemas remotos e hipotéticos,
sino de problemas claramente discernibles a la luz de hechos de dominio
público.

La primera verdad es que la liberación de la soja transgénica en este
momento es un suicidio comercial, una acción contra los intereses
nacionales. Como es de conocimiento público internacional, los principales
importadores de soja del mundo ya indicaron que prefieren productos no
transgénicos. En Europa y en la China están en marcha cronogramas de
resticciones progresivas. Desde el inico del cultivo de los transgénicos en
los EUA, Brasil expandió sus exportaciones de soja en más de un 20%. En
toneladas, la expansión brasileña corresponde aproximadamente a la pérdida
de mercado de la soja americana.

La ventaja comercial brasileña en el comercio internacional desaparece con
la liberación de los transgénicos, ya que pasamos a concurrir en el mercado
con el mismo producto que Argentina y EUA. Podemos producir a un coste más
bajo que los americanos, pero no podemos competir en subsidios. Si nuestra
soja fuese igual a la americana, un pequeño incremento en el subsidio de los
EUA puede significar un severo impacto en los beneficios del complejo
brasileño de la soja.

Con la prohibición de los transgénicos, se abrirán nuevas puertas para las
exportaciones brasileñas, siendo aún mayores las expectativas de cara al
futuro. Por ello nuestra perplejidad de ver sacrificado un futuro claramente
ventajoso para los no transgénicos tan solo para salvar a aquellos que no
cumplieron la ley En la prespectiva de la Monsanto, la situación es
diferente. En el mundo hay tres grandes exportadores de soja: EUA, Argentina
y Brasil. Aunque la transnacional haya conseguido implantar sus simientes en
los dos primeros paises, no consiguió aún imponerlas libremente a los paises
consumidores, porque permanece la posibilidad de abastecimiento alternativo
en Brasil. Asi pues, para la Monsanto, la liberación de los transgénicos en
Brasil es esencial, ya que en caso contrario se pone en riesgo sus ventas de
transgénicos incluso en la Argentina y en los EUA.

La segunda verdad es la perdida de la autonomía genética y tecnológica
nacional sobre el complejo de la soja. La tecnología de producción y las
variedades nacionales fueron el resultado de una descomunal inversión
brasileña en investigaciones agrícolas en las últimas tres décadas,
situación sin paralelo en los paises subdesarrollados. Ese esfuerzo dió como
resultado un patrón de producción que hoy excede en productividad al de los
EUA y que al mismo tiempo es menos costoso. Las variedades de soja creadas
en instituciones públicas brasileñas garantizan una base genética
diversificada y accesible a los agricultores; tienen mayor resistencia a
nuevas plagas y enfermedades y mayor posibilidad de adaptación a las
variadas condiciones ambientales de Brasil.

Podemos perder esa autonomía a favor de las empresas de biotecnología, como
ya ocurrió en los EUA. En el Medio-Oeste americano, las expectativas de la
siembra para el año del 2.002, mostraban una disminución en el área de la
soja transgénica. Sin embargo esta disminución no ocurrió porque la Monsanto
controla la industria de las simientes, obligando a los agricultores a
plantar lo que no querían, es decir las simientes que la compañía decidió
colocar en el mercado . ¿Es eso lo que queremos para Brasil?

La liberación de los transgénicos es contraria a los intereses comerciales y
sociales de Brasil: Desfavorece la agricultura familiar ­y también
empresarial: coloca nuestra seguridad alimentaria en manos de terceros y
debilita las instituciones nacionales de investigación, tanto públicas como
privadas.

Señor Presidente, somos profesionales de las ciencias agrarias y biológicas
y hemos colocado nuestros esfuerzos profesionales al servicio del desarrollo
agrícola y social de Brasil. No podemos huir de nuestro deber de ciudadanos
para comunicarle nuestra convicción de que la liberación para consumo
interno de la cosecha transgénica gaucha abrirá las puertas para la
liberación de los transgénicos en Brasil, lo que juzgamos del todo
inoportuno. Por ello, pensamos que toda la soja transgénica debe de ser
exportada, sin tener en cuenta las perdidas comerciales. El prejucio es
pequeño si lo comparamos con los daños políticos, sociales, económicos y
tecnológicos que se podrían causar a nuestro país.

Esperando su comprensión y adecuado encauzamiento, le agradecemos y
suscribimos: (80 pesquisadores y 71 extensionistas y autónomos).

Nota de la traducción: La medida provisoria citada, permite la venta en
Brasil, de la cosecha de soja transgénica producida en nuestro paíus, la
cual estaba prohibida de cultivar conforme a la anterior legislación. Las
presiones de las grandes productoras de soja transgénica en el estado de Rio
Grande do Sul, están detrás de esta decisión que colocó al gobierno contra
las cuerdas de una opinión pública contaria a esta medida. La Monsanto
dispone de laboratorios de investigación de cultivos de soja transgénica en
dicho estado.

Traducida para Resumen Latinoamericano por Luiz Zorraquino