Venezuela: Porqué no cae Chavez



Jorge Armand

Para muchos debe ser un misterio el hecho de que a pesar de haberse
intentado todo lo imaginable e inimaginable para sacar a Chávez del
poder; desde un sangriento golpe de Estado cívico-militar en abril de
2002 hasta un devastador sabotaje en contra de las bases de la
economía nacional en diciembre y enero de 2003; todo ello acompañado
de una campaña mediática de proporciones inéditas, de cientos de
marchas y "cacerolazos" durante mas de un año; y hasta de un intento
de fraude electoral este mes de febrero, Chávez sigue tan campante
como en sus mejores tiempos, y lo que es más, según algunos, mas firme
en su puesto que nunca.

Obviamente, esto representa una colosal derrota para una oposición que
había jurado a muerte salir de Chávez antes de la Navidad. El haber
contado para ello con recursos mediáticos y financieros de una
magnitud incalculable e ilimitada, así como con una libertad
irrestricta (incluso mas allá de lo legalmente tolerable en cualquier
país), resalta aún mas el drama que vive en estos momentos la
oposición venezolana .

¿Por qué no cae Chávez?. ¿Cómo explicar una capacidad de resistencia
que no tiene parangón en la historia de los gobernantes del hemisferio
occidental?.

La razón que primero salta a la vista es sencillamente que Chávez
cuenta con el respaldo de las mayorías sociales de su país. De lo
contrario no hubiese superado ni el primer "round". Esto es lo que
dice la lógica. Otra de las razones evidentes es el origen legitimo y
constitucional de su mandato, lo que le ha valido el apoyo de la
Fuerza Armada venezolana, quien por una tradición que lleva ya medio
siglo, esta apegada a la constitucionalidad y a los principios
democráticos. Igual sucede con el apoyo que el gobierno ha recibido de
muchos mandatarios y parlamentos latinoamericanos y europeos.

Por otra parte, la naturaleza enfermiza (paranoide), de esa conspicua
obsesión de "salir de Chávez a como de lugar", que identifica mas que
cualquiera de sus rasgos a la actual oposición venezolana, conduce
necesariamente al fracaso y a la autodestrucción. La oposición se ha
destruido ella misma, puesto que el gobierno ni ha hecho presos o
exiliados políticos a sus oponentes, ni ha cerrado ningún canal de
televisión o diario opositor. Por el contrario, todo lo que el
gobierno ha hecho al respecto es esperar a que las furiosas e
irracionales embestidas de la oposición se revirtieran en contra de
ella misma, tal como los maestros del arte marcial del Aikido hacen
con sus contrincantes. Una estrategia política que por su novedad y
efectividad debería ser objeto de estudio por parte de politólogos e
historiadores.

Estas razones, sin embargo, no bastan para explicar la fortaleza del
chavismo. Para ello es necesario que adoptemos una perspectiva mas
amplia, situando el fenómeno del chavismo en el contexto mundial de la
post-Guerra Fría. Chávez simboliza la actual lucha de todos los
pueblos del mundo por una democracia social y protagónica frente a la
hegemonía política, económica y social del neoliberalismo, que es una
ideología al servicio de las élites del poder. Precisamente, uno de
los mejores paradigmas de esta lucha mundial es la Constitución
actualmente vigente en Venezuela, la cual es de origen netamente
chavista.

Esto ha sido reconocido por el Foro Social Mundial en sus mas reciente
encuentro de Porto Alegre (Brasil); evento que reunió a miles de
representantes de numerosas naciones del orbe, con el propósito de
luchar por un modelo de integración planetaria distinto del de la
globalización neoliberal impuesto por un puñado de transnacionales y
de los gobiernos mas poderosos de la Tierra (Grupo de los 7), quienes
de han erigido desde hace poco más de una década en los nuevos amos
del mundo. Un modelo de integración planetaria o mundialización basado
en una verdadera libertad de mercado y no en el proteccionismo
hipócrita o en el ventajismo de estos últimos. En la solidaridad
humana y no en el darwinismo social. En la democracia internacional y
no en ese unilateralismo hegemónico representado por los Estados
Unidos después de la caída del Muro de Berlín, el cual se asemeja cada
día más, en lo esencial, al viejo imperialismo de los siglos XVIII y
XIX.

El chavismo (con o sin Chávez), es parte de esta lucha titánica.
Chávez cabalga en las crestas de las olas del océano de la Historia,
cual símbolo vivo de la eterna lucha de la humanidad por la Justicia y
la Libertad. Por esto Chávez no caerá nunca, ya que Chávez no es una
persona, es el Pueblo y es la Historia.

Mérida (Venezuela), 03 de Febrero de 2003
jorgearmand7 at hotmail.com

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Nello

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