VENEZUELA:Recrudece la batalla petrolera




Humberto Márquez

CARACAS, 26 dic (IPS) - Asambleas de empleados y ejecutivos de la empresa
estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) respondieron este jueves al despido
de 90 gerentes huelguistas, votando por continuar la huelga de 25 días hasta
lograr la renuncia del presidente Hugo Chávez.

Asambleas de gerentes y empleados en Caracas y ciudades petroleras de
provincia reiteraron que seguirán el conflicto "hasta la renuncia de Chávez
y la convocatoria de nuevas elecciones", y responsabilizaron al gobierno de
cualquier desastre o daño ambiental provocado por operar con personal no
calificado.

Los asambleístas exigieron asimismo que la solución del conflicto petrolero
forme parte de los acuerdos de la mesa de negociación entre el gobierno y la
oposición que, bajo la batuta del secretario general de la Organización de
Estados Americanos (OEA), César Gaviria, busca una salida electoral a la
crisis.

Mientras, Brasil despachó a Venezuela 525.000 barriles de gasolina,
suficientes para abastecer dos o tres días de consumo normal en este país de
23 millones de habitantes y 2,5 millones de vehículos.

De inmediato, la oposición consideró que la transacción constituye un acto
de injerencia a favor del gobierno.

El mandatario saliente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, sostuvo la
semana pasada que Petrobrás atendería el pedido venezolano de compra de
combustible y defendió "un gesto que acerque las dos facciones" en que se
dividió Venezuela.

También el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que
asumirá el cargo el 1 de enero, se manifestó a favor de suministrar
combustible a la vecina Venezuela.

"Lula pretende ser un esquirol del gobierno venezolano para tratar de
quebrar el paro cívico nacional, y eso para nosotros es inaceptable", afirmó
el dirigente socialdemócrata Timoteo Zambrano, delegado opositor en la mesa
de negociación.

Brasil "genera ruido en la mesa y se aleja de la neutralidad que debe tener
y ha sostenido en el Consejo Permanente de la OEA", dijo Zambrano.

La huelga general, lanzada el 2 de diciembre por la oposición política,
empresarial y sindical, se ha focalizado en miles de gerentes e ingenieros
de Pdvsa, que apagaron pozos productores de crudo y gas, detuvieron
refinerías, estaciones de llenado y bombeo, así como muelles y buques para
el transporte de combustible dentro y fuera del país.

Con el paso de los días, comenzaron largas filas de automóviles ante los
pocos expendios de combustible que aún funcionan.

El gas de uso doméstico escasea en regiones enteras, mermó la actividad en
muchos centros de labor, y se propagan alertas sobre falta de alimentos,
medicinas, energía eléctrica y otros servicios básicos.

El gobierno impuso el control militar a instalaciones y buques petroleros, y
el Tribunal Supremo de Justicia ordenó a todos los funcionarios y
particulares que reactivaran la industria, fallo acatado por los
trabajadores, pero desoído por los gerentes, ingenieros y marinos del
sector.

Los capitanes de buques petroleros tomados por la marina de guerra y el
sindicato de marinos mercantes denunciaron "daños a la moral, integridad
física y psíquica, torturas y tratos crueles a que han sido sometidos los
tripulantes", varios de ellos detenidos durante algunas horas y liberados a
través de recursos de hábeas corpus.

Abogados en todo el país preparan recursos para que el Poder Judicial
garantice los derechos de los marinos y gerentes en conflicto a sostener su
actitud de "paro cívico", pues "no se trata de una huelga por
reivindicaciones laborales".

En la acera de enfrente, el presidente de Pdvsa, Alí Rodríguez, acusó a
ejecutivos de la empresa de "dirigir la huelga y tratar de utilizar el
petróleo como arma para apoderarse del país".

Chávez ordenó a los jefes de guarniciones militares que arresten a quien se
interponga en la labor de reactivar la industria.

"En ningún momento ningún trabajador de la industria petrolera puede ser
detenido por supuesto desacato" al Tribunal Supremo, dijo a IPS Luis
Valdivieso, abogado del sindicato de gerentes de Pdvsa, Gente del Petróleo.

"El trabajo forzado está prohibido por convenios internacionales. Si la
autoridad de Pdvsa quiere sancionar a un trabajador puede privarlo del pago
o despedirlo, pero no aprehenderlo", indicó el jurista.

Liliana Ortega, de la organización humanitaria Cofavic, sostuvo que "la
ambigüedad del fallo del Tribunal conduce a posibles arbitrariedades, pero
en los Estados democráticos existe un núcleo de derechos que no se puede
suspender, como el de la vida, la libertad de conciencia, la integridad
personal y la prohibición de la servidumbre".

La Defensoría del Pueblo sostuvo que ha vigilado la protección de los
derechos humanos en la entrega de los buques petroleros a efectivos de la
marina de guerra, y recordó en un comunicado "el artículo 38 de la
Declaración Americana de los Derechos del Hombre".

El texto señala que "los derechos de cada hombre están limitados por los
derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las justas exigencias
del bienestar general y del desenvolvimiento democrático".

Marino Alvarado, coordinador jurídico de la organización de derechos humanos
Provea, la más prestigiosa del país, observó a IPS que "la huelga es un
derecho humano laboral reconocido tanto por la Constitución como por
convenios internacionales. Es perfectamente válida mientras se desarrolle en
el marco de la ley".

Sin embargo, "los huelguistas tienen la obligación legal y moral de
garantizar el funcionamiento de servicios mínimos que no afecten derechos
fundamentales de la población ni daños irreversibles a la nación", añadió
Alvarado.

Una huelga general "no debe afectar servicios básicos tales como la
distribución de alimentos, combustible, centros de educación especial,
suministro de energía eléctrica, transporte de ambulancias y transporte
público a zonas de difícil acceso, o servicios de limpieza y mantenimiento
urbano", según Alvarado.

En las calles, la oposición prepara nuevas marchas y concentraciones en las
principales ciudades, a las que el oficialismo opone otras en una suerte de
efecto espejo.

Pero el hastío ante la confrontación va ganando a la opinión pública, según
reportes de emisoras de radio y TV que toman el pulso al ciudadano común.

El embarque de gasolina brasileña, que hará de Venezuela un importador de
petróleo por primera vez en siete décadas, llegará a puertos venezolanos
este fin de semana, mientras Chávez prepare las maletas para viajar a
Brasilia y asistir a la investidura de Lula.

La intensidad de la puja presagia que el conflicto se extenderá durante
algunos o muchos días, antes de que la mesa de negociación produzca el
anhelado "humo blanco" de un acuerdo

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Nello

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