Inauguran Plaza Zavattini en escuela de cine en Cuba



Isachi Fernández

La Habana, 4 dic (PL) El realizador argentino Fernando Birri y el director
de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, Julio
García Espinosa, inauguraron hoy en ese centro docente la Plaza Za en honor
al artista italiano Cesare Zavattini.
El Premio Nóbel de Literatura, Gabriel García Márquez, discípulo del
cineasta y quien le endilgó el epíteto de corazón de alcachofa, estuvo
presente en la ceremonia, que forma parte del Festival Internacional del
Nuevo Cine Latinoamericano que se celebra aquí hasta el próximo día 13.
Es hermoso ver en medio de tantas dificultades cómo lo etéreo, lo
impalpable, es lo que más resiste, por eso la idea primigenia de la escuela
y nuestra energía creadora siguen vivas, reflexionó Birri, uno de los
fundadores de esa institución.
El conductor de Un señor muy viejo con unas alas enormes resaltó la imagen
del cineasta italiano como alguien siempre disponible, pero jamás
paternalista en "su darse", y aprovechó la ocasión para anunciar un homenaje
fílmico a otro grande de Italia, el dramaturgo Luigi Pirandello.
Zavattini, quien puso mucho de sí en las mejores cintas del neorrealismo
italiano, fue guionista, realizador, crítico, periodista y dibujante de
comics, diferentes aproximaciones a un país herido y en pleno proceso de
reanimación luego de la II Guerra Mundial.
Escribió más de un centenar de guiones y a partir de 1945 se erigió como el
teórico y líder del "cine para el hombre", teoría que preconizaba la
estética de lo cotidiano, de lo social y la creación colectiva.
El centenario de su nacimiento se celebra en Cuba, donde con entusiasmo
impulsó el florecimiento del séptimo arte al colaborar con integrantes de la
primera generación de realizadores luego de la creación del Instituto Cubano
del Arte y la Industria Cinematográficos (ICAIC).
En diciembre de 1959 se reunió aquí con Julio García Espinosa (hoy director
de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños) y juntos
elaboraron el guión de Cuba baila y de El jóven rebelde, largometraje
galardonado en el XIII Festival de Karlovy Vary, Checoslovaquia.
Su impronta se hizo sentir también en las primeras obras de Tomás Gutierrez
Alea (Titón), devenido luego uno de los imprescindibles de la magna pantalla
aquí (Fresa y chocolate, Memorias del subdesarrollo, Historias de la
Revolución y La última cena).
Por estos días se presentaron en esta capital algunos textos del maestro
italiano como el Diario de Cine y de Vida, y otros sobre su legado.
Se proyectarán durante la cita habanera películas realizadas a partir de
guiones suyos: Ladrones de bicicletas, Milagro en Milán y Umberto D, de
Vittorio de Sica, y Cuatro pasos por las nubes, de Alessandro Blassetti.
También se exhibirá El amor en la ciudad, en la que confluyó el talento de
Michelangelo Antonioni, Dino Risi, Federico Fellini, Francesco Maselli,
Alberto Latuada y Carlos Lizzani.
La Plaza Za (así era su firma) recrea en loza uno de los pensamientos del
maestro que ilustra el espíritu de la creación:
"Hay un camino y vemos un personaje pequeño, lejano, no sabemos de quién se
trata, no sabemos si formará parte de nuestra vida, pero a primera vista
pensamos que sí".

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Nello

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