Argentina: Una señal de alarma encendida cerca de la prensa



EL CUSTODIO DE BONASSO FUE ASALTADO
Y GOLPEADO EN LA PUERTA DE LA CASA DEL PERIODISTA

Dos hombres vestidos como agentes de seguridad bajaron de una camioneta
frente a la casa del periodista de Página/12, atacaron al custodio policial
y se balearon con un vecino que salió a defenderlo. Bonasso advirtió que es
más probable que haya sido una intimidación hacia él que un asalto a un
supermercado, como dijo la Policía.
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 Los dos hombres estacionaron la camioneta gris en Jufré y Uriarte. Bajaron
del vehículo y se dirigieron directamente al policía que se encontraba a
mitad de cuadra, custodiando la casa del periodista Miguel Bonasso. "A vos
te vamos a reventar", le dijo uno de los atacantes al sargento Francisco
Cristal, que enseguida se encontró con una pistola en su garganta, pisoteado
y despojado de su chaleco antibalas y su revólver. La intervención de los
vecinos probablemente salvó al policía. Una mujer lo protegió con su cuerpo
y un hombre amenazó a los agresores con un arma y terminó rozado por una
bala. El comisario Jorge Chacoma, jefe de la seccional 25ª, se apresuró a
presentar el hecho como un intento de robo a un supermercado de ciudadanos
chinos que hay cerca de la casa de Bonasso. Una actitud más que curiosa
cuando existen muchos menos indicios para asegurar que fue un asalto común
que para inferir que se trató de un mensaje para el periodista de Página/12,
que acaba de terminar un libro sobre la represión del 20 de diciembre del
año pasado. El fiscal que investiga los cinco asesinatos cometidos durante
esa jornada en Capital Federal fue amenazado tres veces en las últimas dos
semanas.
Bonasso tiene una custodia rotativa en su domicilio desde enero de 2001,
después de publicar una serie de notas sobre el funcionamiento de la SIDE
post Fernando de Santibañes, en las que, además, aparecía una fotografía del
jefe de la estación de la CIA en Argentina. Sin embargo, el mismo comisario
que presentó la agresión de ayer como un intento de robo aseguró que el
periodista no tiene custodio y que el sargento atacado estaba "afectado a la
seguridad general" del barrio. "El comisario sabe que desde hace dos años
tengo custodia en mi casa las 24 horas. Si me quiere apretar diciendo que no
tengo más custodia será un elemento más para considerar que no es sólo un
incompetente sino que actúa de mala fe", aseguró Bonasso.
El periodista se enteró del episodio después de las once y media de la
mañana, cuando comenzó a recibir llamadas de diferentes colegas buscando
información sobre el tiroteo que acababa de producirse en la puerta de su
casa. Al llegar a su domicilio, se encontró con la versión de la policía,
que hablaba de un robo que no se había cometido. Luego, los vecinos que
presenciaron y participaron del hecho contaron lo que vieron.
Los testimonios indicaron que dos hombres vestidos de azul oscuro, con
chalecos antibalas y gorritos con viseras que tenían inscripto "seguridad"
bajaron de una camioneta gris y se dirigieron al sargento Cristal. Le
metieron una pistola en la garganta, lo tiraron al suelo, le sacaron su arma
y su chaleco y comenzaron a patearlo. Una vecina que miraba la escena se
tiró sobre el policía, lo cubrió con el cuerpo y gritó que no lo mataran. La
mujer, Mercedes Lizarraga, fue agarrada de los pelos y sacada del lugar. Se
metió en su casa y escuchó los tiros que provenían de afuera. Uno de ellos,
que a simple vista parecería salido de un revólver de 9 milímetros, impactó
en su garaje de chapa.
Los dos hombres disfrazados de miembros de alguna empresa de seguridad
privada se dirigieron también hacia un joven que estaba en la cuadra y lo
hicieron poner de espaldas contra la pared. Su padre, Roberto Turrano, salió
de la casa con un arma gritando "basta". Los agresores dispararon y una bala
le rozó el abdomen.
Los violentos hechos se inscriben en una serie de amenazas e intimidaciones
sufridas por testigos directos e investigadores de la masacre desatada el
pasado 20 de diciembre. Casualmente, Bonasso presentará en los próximos días
un libro sobre la manifestación popular y la represión que terminó con el
gobierno de Fernando de la Rúa, que difícilmente deje conformes a los
funcionarios políticos y policiales responsables. El tema provoca psiones.
Solo en las últimas dos semanas, Luis Comparatore, fiscal a cargo del
expediente, recibió tres amenazas.
"Gordo, dejate de joder con la causa del 20 de diciembre", decía en la carta
firmada por "amigos del poder" que recibió el hombre en el jardín de su
casa. En la nota también se hacía alusión a "el otro", en referencia al
fiscal adjunto Patricio Evers. Ese mismo día le mancharon las paredes con
pintura azul. Poco después escuchó en la casilla de mensajes de su celular
una amenaza en la que se intimidaba a un miembro de su familia. Antes,
Comparatore había encontrado violentado el baúl de su automóvil particular,
de donde fueron sustraídos su portafolio y medicamentos. El fiscal denunció
estos hechos ante el procurador general de la Nación, Nicolás Becerra, y
ante el juez Jorge Luis Ballestero.
Bonasso también fue víctima de un confuso episodio cuando declaró en el
juicio oral por el crimen de José Luis Cabezas, en la ciudad de Dolores. El
periodista, que había escrito una biografía sobre el empresario Alfredo
Yabrán, encontró abierta la puerta de su automóvil que estaba estacionado a
una cuadra de los tribunales. El vehículo fue revisado por expertos, que
constataron que no había explosivos.
Ayer por la tarde, Bonasso recibió los llamados del ministro de Justicia y
Seguridad, Juan José Alvarez, y del secretario de Seguridad Interior,
Alberto Iribarne, para ponerse a su disposición. También llamaron el jefe de
Gobierno de la Ciudad, Aníbal Ibarra, y los representantes del Centro de
Gestión y Participación (CGP) de la zona. A las 20, los vecinos organizaron
espontáneamente, y a través del boca a boca, un acto de respaldo al
periodista. "Se va a acabar, esa costumbre de amenazar", cantaron por la
noche quienes se reunieron en Costa Rica y Uriarte y hablaron de "resabios
de la dictadura" para referirse al hecho ocurrido por la mañana frente a la
casa del periodista de este diario.
La investigación por el ataque al sargento Cristal y por el posible
amedrentamiento contra Bonasso quedó a cargo del titular de la fiscalía
criminal 41, Jorge Sacco. En la comisaría ya declararon los vecinos
Lizarraga, la mujer que intentó defender el policía, y Turrano, el hombre
que apuntó a los agresores y salió herido, aunque no de gravedad. Ninguno de
los testigos mencionó un posible robo a un minimercado de la cuadra


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Nello

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