Messico: Saramago: los zapatistas son unos indios con suerte. Ellos hablan; y cuando no, otros lo hacen, no por ellos, sino con ellos



Hermann Bellinghausen
La Jornada

La reunión en Lavapiés, la mayor movilización del zapatismo desde la marcha
nacional de 2001. Durante 4 días los indios chiapanecos conquistaron el
corazón de Madrid. El hecho pasó casi inadvertido; sólo Saramago, Chao y
León obligaron a la prensa a registrarlo.

Madrid. 25 de noviembre. En esta ocasión no le hizo falta a México una
emperatriz como la de Agustín Lara para conquistar el populoso barrio de
Lavapiés. Ahora, curiosamente, lo consiguió gracias a la lucha de unos
indios en el sureste mexicano, que inspiraron la creación de un
Aguascalientes zapatista, quizás no en el corazón de Europa, pero sí en el
de España, que ya es decir.

El encuentro en Lavapiés, siendo entre ciudadanos del Estado español,
resultó la mayor movilización del zapatismo desde la marcha nacional del
EZLN hace año y medio. En el corazón del silencio zapatista, que tanto se
oye en México por aquello de los famosos "15 minutos" presidenciales (casi
tan famosos y fugaces como los "15 minutos" de Andy Warhol), José Saramago
habló de las guerras con suerte y las guerras sin suerte. En ambas hay
sufrimiento y muerte, pero de unas se habla y de otras no. Para el escritor
portugués los zapatistas son unos "indios con suerte". Ellos hablan; y
cuando no, otros lo hacen, no por ellos, sino con ellos. Así, una
participante española pudo comentar ayer: "Los zapatistas no rompen el
silencio si nos envían una carta. Es sólo que estamos hablándonos entre
nosotros".

Es notable la interiorización del zapatismo por los grupos independientes de
la izquiera europea. Algunos de ellos, nacidos de la solidaridad con las
comunidades de Chiapas como comités de apoyo, colectivos y plataformas, al
calor de los años y las luchas en sus propios ámbitos han devenido
movimientos sociales en sí mismos. Es el caso de los Desobedientes, el
movimiento libre con mayor influencia hoy en Italia; sus bases proceden de
los Centros Sociales y la organización ¡Ya Basta!, en el entorno zapatista
desde 1994. En México se les ha conocido como los "expulsados de Zedillo" en
1998, y los Monos Blancos de la marcha indígena. Hoy son el enemigo público
número uno de Silvio Berlusconi, quien mantiene a muchos de ellos en
cárceles de alta seguridad, y a los demás (unos 40 mil ya) los vigila a
nombre de la "democracia".

Al no ubicarse en un sitio fijo, sino en un itinerante estado de ánimo
colectivo, el Aguascalientes madrileño resultó ser un espacio ubicuo y
subversivo que durante cuatro días convocó a centenares de personas, en su
mayoría jóvenes, para hablar y escuchar acerca del movimiento indígena
chiapaneco y anexas que, para como van las cosas de la globalización, son
todas la luchas y movimientos de resistencia popular conectándose a través
del mundo.

Después de lo que ha ocurrido en ocho años recientes, especialmente en
Estados Unidos y la Europa meridional, ya no debería sorprender tal vez la
capacidad de convocatoria de los zapatistas; ni siquiera fueron ellos
quienes llamaron a esta reunión de "nadies" madrileños, que para su propia
sorpresa se salieron con la suya.

Lo de "nadies" es un decir, y no. Primero, porque nadie es nadie realmente,
todos somos alguien y eso es todo. Y segundo, porque sólo José Saramago,
Manu Chao, Fernando León y otras "celebridades" obligaron a la prensa local
(el diario El País lo hizo, hoy, en su sección de espectaculos, y por única
vez) a registrar el acontecimiento. De otra manera se lo hubieran perdido.
Sólo la radio dedicó espacios significativos al Aguascalientes desde su
inicio este 20 de noviembre (cuando se celebraban, coincidentemente, la
Revolución Mexicana y la muerte del caudillo Francisco Franco).

La mañana del día 21, la policía asaltó La Fuga, una casa ocupada en el
centro de Madrid donde vivían una veintena de los organizadores del
Aguascalientes intergaláctico. Sin orden de cateo, la tira los expulsó y
despojó, de entre otras cosas, los proyectores de video que deberían
utilizarse durante el encuentro prozapatista.

Aguascalientes, revancha política

Un Aguascalientes en Madrid resulta mucho más que una puntada de la
historia. Es una elocuente revancha simbólica de los indígenas americanos en
el centro del reino (virtual) del trono Borbón. El cineasta peruano Javier
Corcuera recordaba el sábado -en la misma mesa de Saramago, León y Chao-,
que alguna vez escuchó a dos remeros quechuas preguntarse ante unos turistas
españoles: "Pero, ¿a éstos quién les dijo que ya nos conquistaron, si
todavía seguimos aquí y esto no ha terminado?".

El tema de Euzkadi, o País Vasco, ha "contaminado" a todas las oposiciones y
resistencias al gobierno derechista de José María Aznar. En el mejor estilo
bushiano, "el que niega los colores de mi camiseta es mi enemigo", y todos
van a dar al baúl del terrorismo. Obviamente la acusación es falsa, pero
quién dijo que gobiernos como los de Aznar, Berlusconi o Bush guardan algún
compromiso con la verdad.

En su inesperado mensaje al encuentro madrileño, el subcomandante Marcos
escribió al Ruso, Angel Luis Lara, ex cantante del grupo Hechos Contra el
Decoro, que a los zapatistas "para terroristas lo que nos falta es vocación
y no medios". Sin embargo, las menciones de Marcos al gobierno español y el
tema vasco cayeron en seco en el ambiente político de este país.

"Fascismo se le llegó a llamar en épocas pasadas, neoliberalismo le dicen
hoy, capitalismo siempre", había dicho Javier Elorriaga al presentar la
tarde del domingo la revista Rebeldía, del FZLN, en El Laboratorio, casa
ocupada, centro social, espacio de cultura y convivencia según sus
habitantes y el numeroso público que suele reunir en sus amplias y
rudimentarias instalaciones de la calle Amparo103.

El Aguascalientes caminó un poco por la capital española. En el Círculo de
Bellas Artes se exhibió el extraordinario documental Caminantes (acerca de
la marcha zapatista en marzo de 2001) de Fernando León Abaroa, el cineasta
español del momento, candidato al Oscar de Hollywood por su película Lunes
al sol.

Allí mismo, José Saramago contó que el subcomandante Marcos, tomándolo del
brazo, le pidió durante la marcha indígena: "Nunca nos dejes solos", y le
aceptó el reto. Manu Chao, trovador que les pegó a las listas de popularidad
musical con sus canciones desde y sobre el zapatismo, también vino a dar la
cara, nuevamente, por los "sin rostro" de Chiapas.

En la sala Caracol, los roqueros Amparanoia y Fermín Muguruza, con teatro
lleno y la calle más llena todavía de gente que no consiguió entrar,
trajeron el Aguascalientes a los cuerpos y las mentes de otra multitud que
comenzó entonando con la potente banda de Amparanoia el himno zapatista. El
escenario presentaba, como única decoración, tres banderas negras con la
estrella roja y las siglas del EZLN. El gran Fermín, al reventar en euskerra
sus canciones más conocidas, vestía un pantalón negro de insurgente
zapatista y una blusa, negra también, con una estrella roja bordada a la
altura del corazón. Al concluir el concierto, llegó Manu Chao para hacerla
un rato de diyei.

Durante los días 21 y 22, la Universidad Complutense había dado cabida a
exhibiciones cinematográficas y mesas redondas sobre el contexto mexicano y
la situación actual de la guerra en Chiapas. El público fue tan numeroso que
muchos se quedaron fuera, igual que en el Círculo de Bellas Artes y la sala
Caracol.

En El Laboratorio se celebró un taller didáctico para conocer las cinco
Declaraciones de la Selva Lacandona, programado para treinta participantes.
Durante cerca de tres horas, 250 jóvenes leyeron y discutieron los
documentos, que no conocían, con interés y paciencia. Los organizadores
estaban sorprendidos.

El dirigente social italiano Luca Casarini, quien debía participar el sábado
en la mesa "Zapatismo, movimiento de movimientos, y el segundo ciclo de la
lucha global", telefoneó desde la trinchera, literalmente, en un remoto
pueblo de Cosenza, donde los centros sociales y los Desobedientes italianos
realizaban una marcha de 60 mil personas por la liberación de sus compañeros
encarcelados después del Foro Social en Florencia. Su voz, amplificada
toscamente para el público que lo esperaba, llamó a los españoles a
resistir.

En la misma mesa participó Carlos Taibo, académico y articulista español. El
controvertido pensador Antonio Negri, referente intelectual de los
Desobedientes italianos, envió un mensaje videograbado para la reunión
madrileña, que concluía pidiendo: "hable, subcomandante Marcos".

Adiós a la vieja política

La aparición de Rebeldía en el ámbito mexicano coincide con la de las
revistas Global (Roma) y La Dinamo (Madrid), que nacieron este mismo
noviembre para discutir la política y la cultura desde planteamientos
similares y formatos muy distintos. De la primera, Javier Elorriaga dijo en
El Laboratorio: "Rebeldía acompañará a quienes estén en huelga, en
ocupaciones, en la calle, en los barrios, en la música, en el campo,
luchando por un mundo donde quepan muchos mundos, con o sin colectivo, pero
siempre desde lo colectivo".

Un fantasma recorre el mundo: el desprestigio de los estados cada día menos
"nacionales", la política tradicional y los partidos como franquicias para
la toma del poder. El escritor Manuel Vázquez Montalbán, en su mensaje desde
Barcelona al Aguascalientes y la revista Rebeldía, afirmó que "el
neozapatismo es también un elemento crítico exportable para la crítica de la
degeneración de las democracias, incluso en los lugares donde aparentemente
funcionan con todos los rituales puestos". En similar sentido se manifestó
Sergio Rodríguez Lazcano, director del nuevo mensuario mexicano.

En la Declaración del Aguascalientes de Madrid, leída la noche del domingo
24, los causantes del pequeño gran éxito se preguntaban: "¿Cómo construir un
espacio que no es ni puede ser? ¿Cómo construir un espacio de todos y todas
sin ser de nadie?". Durante los últimos cinco días, agrega la declaración,
"cientos de personas han roto la imagen de isla solitaria que les devolvía
el espejo y se han sabido archipiélago".

Una participación tan masiva "señala que todos sienten como suyo lo que no
es de nadie", prosigue el texto, "porque con los hombres y mujeres
zapatistas hemos aprendido que se puede ver un comienzo donde la mayoría de
los ojos ve que las cosas terminan. Por eso este Aguascalientes que le ha
nacido a la ciudad de Madrid apenas ha comenzado. Es necesario que lo
sigamos cuidando, es necesario que no lo abandonemos, que no lo olvidemos,
que lo sigamos usando para construir la política nueva que todos y todas
estamos soñando. Para que, poco a poco, con paciencia pese a la urgencia, lo
que hoy se sueña pueda respirarse, sentirse, tocarse".

Este Aguascalientes, concluye la declaración madrileña, "se salta todas las
formas, burla todas las fronteras" y llama a la sociedad civil de Madrid y
de Europa: "No se detengan, no se conformen, no esperen. Permanezcan atentos
y atentas. Corran la voz. Sigamos encendiendo la mecha. Entre todos y todas
continuemos el Aguascalientes, hagamos de él movimiento. De todos y todas
depende que siga levantando el viento".


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Nello

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