Brasil inicia acciones contra EEUU y Unión Europea



Gustavo Capdevila

GINEBRA, 27 sep (IPS) - Brasil desafió a las dos mayores potencias
comerciales, al entablar una disputa ante la Organización Mundial del
Comercio (OMC) por las subvenciones que Estados Unidos otorga al algodón y
la Unión Europea al azúcar.
El gobierno de Fernando Henrique Cardoso pidió consultas sobre los subsidios
que reciben los productores y los exportadores de algodón estadounidenses y
los de azúcar de la Unión Europea (UE).
La organización no gubernamental Oxfam dijo señaló en un estudio difundido
este viernes que Estados Unidos apoya a sus 25.000 productores de algodón
con 3.900 millones de dólares de subsidios al año. Esa cantidad triplica la
ayuda externa anual estadounidense a los 500 millones de africanos.
La misma Oxfam, que tiene su sede central en Gran Bretaña, sostuvo que los
consumidores y los contribuyentes de los 15 países de la UE pagan una
factura anual de 1.570 millones de dólares para lograr la colocación de los
excedentes de azúcar comunitario en el exterior.
El gobierno de Australia presentó también este viernes una demanda de
consultas al bloque europeo, por la cuestión del azúcar.
La solicitud de consultas es el primer paso que un estado miembro de la OMC
debe emprender ante el órgano de solución de diferencias de esa entidad para
defender un derecho que estima menoscabado.
La etapa siguiente, una vez agotado el recurso de las consultas, es el
pedido de formación de un grupo especial (panel) para que dirima en la
causa.
Los dos casos promovidos por Brasil adquieren resonancia porque es
prácticamente la primera vez que se abre en la OMC la posibilidad de
litigios por la aplicación de subvenciones a materias primas agrícolas.
En un pleito anterior de gran difusión, como fue la disputa entre la UE y
los países de América Latina productores de banano y Estados Unidos, no
estuvieron en juego las subvenciones.
La iniciativa brasileña puede causar efectos, por otra parte, en las
cerradas negociaciones que se realizan actualmente en la OMC para reformar e
l acuerdo que rige el comercio de productos agropecuarios.
En las tratativas agrícolas han surgido dos grupos, uno proteccionista
integrado por la Unión Europea, Japón, Suiza, Noruega y Corea del Sur, y
otro más favorable a la liberalización con Estados Unidos, una mayoría de
países en desarrollo y el Grupo de Cairns, de exportadores agrícolas netos
como Brasil.
Jesús Zorrilla, uno de los negociadores de la Unión Europea para el caso
agrícola, estimó que la iniciativa de Brasil "viene en un mal momento".
Los brasileños "nos lanzan un caso que va a enturbiar el clima y a
radicalizar las negociaciones" para la reforma de la agricultura, opinó
Zorrilla.
Por su parte, el secretario de asuntos internacionales del Ministerio de
Agricultura de Brasil, Pedro Camargo, explicó que la solicitud de consultas
a europeos y estadounidenses fue una "decisión difícil" para su país.
La presentación de la iniciativa, que había sido anticipada a mediados de
año por Brasilia, se demoró porque fue necesario "comprender su
significación", comentó Camargo.
En el caso del algodón estadounidense, Brasil sostiene que las políticas de
Washington para el sector causan distorsión en el comercio y tienen efectos
negativos en la producción y comercialización del producto en todo el mundo.
Oxfam examinó las consecuencias del proteccionismo de Estados Unidos
respecto del derrumbe de los precios internacionales del algodón, que causó
en la temporada 2001-2002 pérdida de ingresos por 1.300 millones de dólares
a India, 1.000 millones a la deteriorada economía argentina y 640 millones a
Brasil.
En Africa, esas políticas ocasionaron perjuicios a Burkina Fasso, como la
caída de uno por ciento de su producto interno bruto (PIB) y de 12 por
ciento de sus ingresos por exportaciones.
Por la misma causa, el PIB de Mali cayó 1,7 por ciento y sus exportaciones
disminuyeron ocho por ciento, mientras que el PIB de Benin se contrajo 1,4
por ciento y las reducciones de las exportaciones ascendieron a nueve por
ciento.
La organización Oxfam atribuyó gran importancia al caso abierto por Brasil
en la OMC porque, "si tiene éxito, mejorará las perspectivas de reducción de
la pobreza en un amplio grupo de países dependientes del algodón".
Respecto del azúcar del bloque europeo, Brasil apuntó contra las
exportaciones de los excedentes, identificados como azúcar "C", que se
colocan cada año en el exterior a un precio inferior a su costo de
producción y en un volumen de 3,6 millones de toneladas.
La solicitud de consulta de Brasil menciona también que la UE importa por
año 1,6 millones de toneladas de azúcar cruda en condiciones preferenciales.
Ese azúcar es refinada en el bloque y reexportada a precios subvencionados,
señalaron las autoridades brasileñas.
Zorrilla puntualizó que la UE ha respetado sus compromisos comerciales desde
1995, año de creación de la OMC, y desde entonces ha mantenido estable la
producción de azúcar.
"Somos el mayor importador de azúcar del mundo, por encima de Estados
Unidos, Australia y Japón juntos", replicó el funcionario europeo.
La UE asegura que no ha contribuido en absoluto al deterioro de los precios
mundiales. Los incrementos de producción vienen de otros países, no del
bloque, se defendió.
El estudio de Oxfam indica que Brasil, Tailandia y Australia figuran entre
los exportadores de azúcar más competitivos del mundo. Si no existiera el
proteccionismo de Europa, Estados Unidos y Japón, esos países cubrirían una
parte substancial de la demanda adicional en los mercados internacionales,
se añade.
Otro grupo de países de bajos ingresos, como India, Colombia, Cuba y
Sudáfrica, son productores importantes y podrían beneficiarse con mayores
oportunidades comerciales.
Algunos de los países menos adelantados, como Mozambique, Malawi y Zambia,
se encuentran entre los productores de azúcar, pero el régimen de Europa les
impide beneficiarse de esa ventaja, dijo Oxfam.
El mecanismo de solución de diferencias de la OMC establece que las partes
disponen de 10 días para responder al pedido de consultas y un período
posterior de 30 días para entablarlas.
Brasil, en caso de que a los 60 días de iniciadas las consultas no se haya
alcanzado una solución de la disputa, podrá solicitar la formación del grupo
especial para que se pronuncie sobre el diferendo

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Nello

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