altro omicidio impunito in Chiapas (la Jornada)



Denuncian simpatizantes del EZLN ataque de priístas con la anuencia de
Seguridad Pública

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Municipio Autonomo Francisco Gomez, Chis. 4 de noviembre. El camino parece
allanado para la impunidad en estas tierras. La muerte de Pedro Po,
campesino zapatista, hoy cumple una semana y por supuesto no pasa nada. Un
representante del concejo autónomo refiere a La Jornada cómo el 26 de julio
pasado, un grupo de 40 hombres armados de machetes, tubos y garrotes
atacaron a las bases de apoyo del EZLN en la comunidad de San Andrés,
mientras trabajaban sus milpas. Siete de ellos quedaron malheridos, y Pedro
Po, de 60 años, no volvió a caminar.

"El compañero Pedro trabajaba con los compas, pero venía de San Manuel",
dice el vocero autónomo. Más tarde, una mujer de San Andrés, desplazada con
su familia a la ciudad de Ocosingo, diría después del ataque: "Ese señor
nunca decía no cuando le pedían ayuda, así mayor como estaba, era muy
trabajador".

Apropiación de la cosecha

Después de la golpiza, 12 familias zapatistas fueron expulsadas de la
comunidad. Cinco casas fueron quemadas. El producto de sus milpas está
siendo tapiscado ahora por los priístas, quienes se adueñaron de las tierras
que pertenecen a los autónomos. El vocero del concejo municipal de Francisco
Gómez muestra una serie de fotografías, donde aparecen los heridos por el
ataque, ensangrentados, antes de recibir atención médica. Pedro Po, en una
cama de hospital, aparece inconciente.

Más tarde, cerca de Ocosingo, otro de los expulsados dice a La Jornada: "El
finado quedó ese día tirado, con la cabeza rajada. Así lo recogió la Cruz
Roja. Como en Ocosingo no lo pudieron atender, lo llevamos al hospital civil
de Tuxtla Gutiérrez, donde no lo aliviaron. Se le había hecho una hinchazón
abajo de la espalda, que le reventó de pus. Ya nunca se le cerró el
agujero". Así, con probables fracturas vertebrales y craneales, Pedro Po
regresó a morir a Ocosingo.

Al día siguiente del ataque ("por la espalda" según el campesino expulsado,
a quien resulta fácil reconocer como uno de los heridos de las fotografías
arriba mencionadas) cuenta que hubo fiesta en San Andrés (que los priístas
llaman Santa Martha), con música, comida, trago, carreras de caballos, y la
Seguridad Pública allí, acompañándolos".

El vocero del concejo autónomo asegura que el día del ataque, la Seguridad
Pública pasó por el lugar de los hechos, pero se abstuvo de intervenir. El
grupo de agresores, identificados como priístas, procedían de Suchilá Viejo,
Plan de Ayala, Providencia, La Ventana y el propio San Andrés-Santa Martha.
Según las autoridades zapatistas, y los pobladores agredidos, dicho grupo
estaba encabezado por Baltasar Caballero Silva y su hermano Domingo. Un
tercer hermano, Ramiro, perteneciente a las bases de apoyo zapatistas, fue
uno de los heridos a machetazos.

Por diferencias de las que el nuevo discurso oficial llamaría sólo
"ideológicas", varias familias del poblado (que se fundó en 1997) "se
hicieron zapatistas", según el vocero autónomo. En caso de que sea
"ideológica" la inconformidad ante el robo y venta fraudulenta de las
propiedades comunitarias practicados por los priístas, quienes acabaron
entregando, sin consentimiento de la comunidad, tierra y piedras a la
compañía privada que construye la carretera a Suchilá Viejo. "La
constructora quiso cercar y empezó el problema".

San Andrés, o Santa Martha, se localiza en el entronque de la carretera
Ocosingo-Altamirano con la ruta que se interna hacia las cañada de Patihuitz
y el camino a Monte Líbano, a escasos kilómetros de Ocosingo. Hasta 1994,
esas tierras eran un rancho propiedad de Alejandro de la Vega Kanter, quien
se fue a vivir, según se sabe, al estado de Tabasco. "Esa tierra no fue
entregada por el gobierno, son tierras recuperadas" explica el vocero
autónomo. "Son propiedad de todos. El problema vino cuando Baltasar
Caballero empezó a vender ilegalmente por su cuenta". Además, los zapatistas
han logrado saber que los priístas "tratan con el dueño anterior del
rancho".

El desplazado del lugar que habla con este reportero asegura que los
agresores son "paramilitares", y cuenta que en la noches, los priístas de La
Providencia realizan disparos al aire para amedrentar a las bases zapatistas
del vecino San Manuel.

"Cuando nadie se mete en nuestros problemas, nos arreglamos bien", dice el
vocero autónomo, y menciona un ejemplo: "Un problema que tenemos en San José
con la ARIC Independiente se está resolviendo bien". No así el de San
Manuel, donde los miembros de la CNC de La Providencia "no dejan de
presionar, y ya quemaron una casa de los compañeros", agrega.

Pedro Po, agredido a tubazos, agonizó tres meses. Por si alguien dudaba que
los tiempos están cambiando en Chiapas, he aquí una prueba: los responsables
están libres, nadie los investiga, nadie los molesta. Se quedaron con las
tierras de los desplazados. Incluso son amigos de la policía.

Nello

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